Las fotos de la tétrica ruta por los escenarios del crimen de las niñas de Alcàsser

El caso Alcàsser quedó cerrado con el fallo judicial que condenó a Miguel Ricart a 170 años de cárcel como autor de tres delitos de asesinato y cuatro continuados de violación en concurso con tres delitos de rapto. Ricart está en libertad y en paradero desconocido tras cumplir su condena en noviembre de 2013 al beneficiarse de la llamada «doctrina Parot».

La sentencia consideró probado también que el prófugo Antonio Anglés , junto al condenado Ricart, fue autor del secuestro, violación y asesinato de las niñas Míriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández en noviembre de 1992. Su ficha encabeza todavía hoy la lista de los fugitivos españoles más buscados por Interpol .

El estreno de la serie sobre el caso Alcàsser ha propiciado que en las últimas semanas haya aumentado el número de personas que deciden visitar el inhóspito paraje de la Romana , entre los términos municipales de las localidades de Llombai y Tous, para recorrer los escensario del triple crimen que describe el documental y que detalló la sentencia. Desde la caseta abandonada en la que fueron violadas y torturadas las niñas de Alcàsser hasta la fosa en la que hallaron sus cadáveres el 27 de enero de 1993.

A pesar de tratarse de un lugar de difícil acceso, la emisión del documental ha convertido el barranco de La Romana en lugar de perenigración de curiosos , como la pareja del municipio de Piles que lo visitó el pasado 24 de junio -día festivo en la Comunidad Valenciana- y halló unos huesos en la fosa en la que fueron enterradas las niñas de Alcàsser. Vicente, el joven que encontró los restos, pensó inicialmente que se trataba de una colilla, conforme relató a ABC . Sin embargo, se trataba de cuatro pequeños fragmentos de falanges.

Un informe encargado por la Guardia Civil tratará de determinar la procecedencia de los huesos, toda vez que los primeros análisis efectuados en el Instituto de Medicina Legal de Valencia no han podido aclarar ni la el sexo ni la de edad de la persona al que pertenecieron.

Algunos miembros del dispositivo desplegado en 1993 tras la localización de los cadáveres que prefieren mantenrse en el anonimato consideran que resulta prácticamente imposible que los restos puedan pertenecer a algunas de las niñas de Alcàsser. Esgrimen el tiempo transcurrido, el lugar donde se encuentra -en un barranco expuesto a vientos y lluvias desde veintiséis años y medio- y el trabajo «exhaustivo» que se desarrolló para recuperar los cuerpos sin vida de Miriam, Toñi y Desirée .

Mientras, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio , ha verbalizado el sentir de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que entienden que el hallazgo de los restos de dedos «no aportará novedades relevantes al caso» y, además, resultará muy difícil identificarlos ante el deterioro que presentan.

Con todo, la noticia del hallazgo de restos humanos ha vuelto a alentar las teorías conspirativas respecto al crimen que estremeció a España en una época en la que no existían redes sociales para propagarlas. Por entonces el canal de transmisión eran las televisiones y programas como «Esta noche cruzamos el Mississippi» , en los que el periodista Juan Ignacio Blanco sostenía una visión distinta a la de la Guardia Civil y a la del propio fallo judicial. Blanco, autor de un libro sobre sus teorías y que llegó a calificar el suceso como un «crimen de Estado» , reapareció en el documental de Netflix, donde abundaba en sus tesis. Este miércoles Juan Ignacio Blanco moría , el mismo día que trascendió gracias a la exclusiva publicada por « Las Provincias» el hallazgo de unos huesos humanos en La Romana sin haber podido demostrar con datos sus teorías.

Pese a ello, el paraje perdido en una montaña del interior de la provincia donde se perpetraron los crímenes y se enterraron a las tres niñas de Alcàsser se ha vuelto a convertir en un macabro punto de peregrinaje al que asisten atónitos los pocos lugareños que lo transitan y en el que la Guardia Civil ha detectado algún grupo de jóvenes que se desplazan para hacer sesiones de «espiritismo».

Veintisiete años después, allí permanecen tanto la fosa (idenfiticable por una red metálica oxidada) y la caseta abandonada a la que Antonio Anglés y Miguel Ricart condujeron a las Miriam, Toñi y Desirée.

Mientras, desde el punto de vista de los tribunales, el juzgado de instrucción número seis de Alzira dictó un auto en abril de 2013 en el que rechazaba declarar la extinción de responsabilidad penal de Antonio Anglés en el triple crimen de las niñas de Alcàsser.

Así, si no se practican nuevas pruebas (la última diligencia relacionada con la causa data de 2009) el caso Alcàsser prescribirá en 2029 , dentro de una década y 37 años después del siniestro sucesos.