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Viajes

El Cabanyal: ruta por uno de los diez barrios de moda en Europa

«The Guardian» encumbra el distrito valenciano junto a destinos recomendados de Gothenburg, Bruselas, Oporto o Berlón

Imagen tomada este lunes en barrio de El Cabanyal de Valencia EFE
Alberto Caparrós

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A orillas del Mediterráneo emerge uno de los diez barrios de moda en Europa para el prestigioso rotativo británico «The Guardian» . El Cabanyal gana adeptos entre los viajeros que buscan conocer de primera meno la cara menos «turística» de las ciudades del Viejo Continente. Destinos que conservan la esencia para, según escribe en su reseña Nick Inman , «meterse bajo la piel de las grandes ciudades europeas».

El Cabanyal ocupa el tercer puesto en una clasificación que incluye barrios como los de Järntorget/Långgatorna (Gothenburg) y University Quarter (Bruselas), que ocupan las dos primeras plazas en la lista de recomendaciones de «The Guardian» .

El antiguo barrio de pescadores de Valencia conserva parte de lo que el periódico británico califica de «pintoresca» arquitectura. Casas de dos alturas de estilo modernista y miradores que permitían ver la llegada de las barcas a la playa son dos de sus señas de identidad todavía visibles. Sin embargo, no ha mantenido toda su esencia.

A mediados de la década de los noventa del siglo XX, el distrito fue objeto de una encarnizada batalla política, judicial y vecinal. El proyecto de la ampliación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar que aprobó el Ayuntamiento gobernado por el Partido Popular dividió a sus habitantes.

Los partidarios del proyecto lo daban por bueno para frenar la degradación de un barrio lastrado por el abandondo de casas y la venta de droga . Los detractores criticaban que suponía la destrucción de miles de viviendas con fines especulativos.

Iglesia de San Rafael-Cristo Redentor en la calle de la Reina EFE

La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de la trama urbana que forman las calles Escalante y Doctor Lluch con las travesías de Amparo Guillem y Pescadores fue el escollo insalvable con el que se topó el plan urbanístico de la difunta alcaldesa Rita Barberá , que tras veinticuatro años en el cargo no pudo llevar adelante el proyecto.

El cambio de gobierno municipal en 2015 supuso la derogación del plan urbanístico. Una situación que aportó certidumbre al barrio y que ha supuesto que las casas abandonadas comiencen a ser rehabilitadas por sus propietarios, que en muchos casos las han vendido, principalmente a inversores extranjeros.

Y es que, conforme ha reparado «The Guardian» , el Cabanyal constituye un destino diferencial respecto a los topicazos de los viajes al uso. Además, está enclavado en una ciudad relativamente barata para el poder adquisitivo medio de los europeos, tiene una playa de más de un kilómetro de longitud y goza de un clima benigno. Tanto, que este mes de febrero se han rozado los treinta grados de temperatura.

El sol reluciente que ilumina sus calles se ve ensombrecido por los problemas que siguen enquistados en el barrio, especialmente en llamada «zona cero» . Paradójicamente, las cuatro calles que conforman el BIC son las más degradadas y en las que todavía hoy persisten los problemas de incivismo y el tráfico de drogas. En no pocas ocasiones, a la vista de los turistas despistados.

Con todo, como en todo barrio de moda, en El Cabanyal y su vecino Canyamelar han proliferado los alojamientos turísticos y ha aumentado de forma exponencial la oferta gastronómica, aunque «The Guardian» se decanta por dos clásicos como Casa Montaña o el Horno de San Vicente , situado hoy en la calle Justo Vilar y no en Progreso como refiere erróneamente el periódico británico.

Imagen tomada en la calle de la Barraca EFE

Casa Guillermo, Casa Flor, La Pascuala o la Jijonenca son otras de la recomendaciones del manual clásico de El Cabanyal, aunque otros bares como el Bar Naval o el Montblanc , mantienen la esencia de su gastronomía que tratan de mantener vivos el Barbaritats o Anyora, entre otros muchos.

En un barrio en el que no había más bicis que las de los chavales que juguetaban por sus calles en forma de perfecta cuadrícula porque así se alinearon las cabañas de los pescadores que lo comenzaron a poblar, hoy circulan decenas de turistas en busca de sus rincones de otro tiempo y de una playa que reluce como principal símbolo de un barrio tradicional que hoy entra en la lista de los más «cool» de Europa junto a los de Bonfim (Porto); Neukölln (Berlín); o Holešovice (Praga) .

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