El legado de Blasco Ibáñez, cerca del Archivo Histórico Nacional

Actualmente, el legado de Blasco Ibáñez se encuentra dividido . Una parte -la que corresponde a toda su obra como novelista, periodista y político- se encuentra desde 1997 en la Casa-Museo del escritor, situada en la playa de la Malvarrosa de Valencia, y es gestionada por el Ayuntamiento de la ciudad. La otra -el archivo "íntimo" del escritor, compuesto por fotografías, cartas y dibujos, entre otros documentos- está almacenada en la sede de la Fundación en la localidad de Burjassot, a la espera de que se diriman las negociaciones abiertas con el Archivo Histórico Nacional, que custodia asimismo otros importantes legados literarios, como el de Juan Ramón Jiménez.

Roces por la custodia

La decisión de trasladar estos valiosos fondos a Madrid se produce tras casi una década de desencuentros con las autoridades municipales de Valencia, que en opinión de la Fundación no han demostrado suficiente interés en difundir la vida y obra de Blasco Ibáñez. Según asegura uno de sus portavoces, no solo echan en falta la voluntad del Consistorio de promover la figura del escritor, sino que temen por la integridad del material que se custodia en la Casa-Museo. "El sol y la humedad han afectado a algunos de los pergaminos expuestos, y hay piezas, como el arco y la flecha que trajo Blasco de Argentina, que son pasto de la carcoma". Afirman también que parte del fondo de libros del escritor, publicados en su día en papel de prensa para que su bajo precio permitiera una mayor difusión , "se está destruyendo por mero abandono".

La cuestión económica

Por su parte, el Ayuntamiento de Valencia asegura que ha puesto sumo interés en retener el legado en la ciudad y reduce el litigio con la Fundación a una mera cuestión económica. "Es una decisión de la familia; el único tema que podría estar a debate, que es muy pequeño, es la economía que en estos momentos se podría dedicar a esos fondos", afirmó ayer la concejal de Cultura de la ciudad, Mayrén Beneyto.

El resto de las tentativas encaminadas a depositar la dote del escritor en otra institución valenciana han acabado en un callejón sin salida. El archivo personal del escritor ha sido custodiado durante los últimos dos años en el MuVIM -museo dependiente de la Diputación de Valencia-, pero esta semana fue retirado del mismo, tras la finalización del acuerdo de comodato firmado y del reciente relevo del director del centro, Javier Varela, un estudioso "blasquista" que entró en sintonía con la Fundación nada más llegar al cargo. También cayeron en saco roto las negociaciones iniciadas con la Universidad de Valencia.

La Fundación insiste en que tras este fracaso hubo "presiones políticas", y hasta se sugiere que la sombra izquierdista de Blasco es alargada, extremo que para el Ayuntamiento nunca fue un condicionante, aseguran fuentes municipales.