El Ayuntamiento de Valencia busca un acuerdo con la Generalitat para no demoler el hospital de campaña

Si no ocurre así, el consistorio ha advertido en una resolución al departamento que lidera Ana Barceló de que tendrá que demoler las carpas y cesará «los suministros de servicios públicos». Sobre ese documento, Gómez ha indicado que en él «han trabajado los equipos de Sanidad y del área de Licencias».

Además, ha asegurado que hay «plena coordinación» -ambas delegaciones están dirigidas por los socialistas- entre la administración local y la autonómica, por lo que está «segura» de que se «llegará a buen puerto» y se resolverá la situación. «Poco más puedo añadir», ha afirmado.

La portavoz municipal del PP, María José Catalá, acusó este viernes al Gobierno de PSPV y Compromís de actuar «por intereses de partido», puesto que ambos gobiernan la Generalitat junto a Unidas Podemos. «Es una casualidad que actúen cuando ya va a desmontarse la infraestructura -la previsión es hacerlo a final de año- y no cuando tocaba», criticó.

«No queremos pensar que Ribó y Gómez han estado d ilatando la actuación , cosa que no se hace con cualquier vecino que pone en marcha cualquier actividad», señaló la edil popular. Sin embargo, la vicealcaldesa ha negado estas insinuaciones de Catalá y ha reiterado que se trata de una cuestión «técnica» .

La propia consellera de Sanidad, Ana Barceló, defendió el pasado mes de junio en las Cortes Valencianas que los hospitales de campaña de cada provincia reunían «todas las condiciones y todas las licencias y requisitos necesarios para su funcionamiento».

No obstante, tal y como viene publicando ABC , tras inspeccionar el de Valencia el pasado mes de septiembre, los técnicos municipales de la capital dieron cuenta de que no tenía ni licencia de obras ni ambiental , un requisito que marca la normativa del Consell para poder «ejercer actividad».

En su escrito, los profesionales advertían también de que, año y medio después de su inauguración, «no se dispone de información sobre las emisiones acústicas producidas por los equipos instalados en el exterior» para su climatización y detallaban que «no se observa ninguna boca de incendio equipada en las instalaciones y se desconoce la presencia de hidrantes exteriores en el perímetro del recinto».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig , anunció la apertura de tres hospitales de campaña junto a los centros de referencia de Valencia, Alicante y Castellón pocos días después de que estallara la pandemia para ampliar su capacidad asistencial y evitar el colapso. Su instalación terminó en abril de 2020.

De los ocho millones presupuestados inicialmente, las carpas han acabado costando el doble -alrededor de dieciséis-, aunque el Consell sigue batallando con la empresa a la que se le adjudicó la obra por el procedimiento de emergencia ante las discrepancias en esta cuestión. No obstante, pese a que ganaron protagonismo durante la vacunación y sirvieron como escenario para realizar PCR masivas, el uso de estos espacios ha sido residual a la hora de albergar enfermos.

A finales de enero, las fuertes rachas de viento que azotaron la ciudad de Valencia obligaron a trasladar a la veintena de pacientes -mayores de 18 años en fase de resolución de la enfermedad- que había allí ingresados en esos momentos.

Desde la Generalitat siempre han defendido que no haber tenido que derivar a más enfermos a estos anexos es una buena noticia y han reivindicado que la inversión no ha sido en balde, puesto que pasarán a ser propiedad del Gobierno valenciano cuando se desmonten - a finales de año, en principio - y se podrán usar en cualquier situación de emergencia.

Según los datos ofrecidos por la Conselleria de Sanidad, durante los peores momentos de la pandemia en la Comunidad Valenciana y hasta el 15 de febrero, los tres hospitales albergaron a cerca de 300 personas con coronavirus, 93 de ellos en el de Valencia.