Suscribete a
ABC Premium

Cierto olor a podrido

ACOTACIONES DE UN OYENTE

Por momentos, la sesión de control al Gobierno se convirtió en sesión de masaje y el baboseo alcanzó cotas difíciles de imaginar

La ministra Morant usa el Congreso para hacer campaña en Valencia y arremeter contra Mazón y su gestión de la dana

Lee todas las Acotaciones de un oyente

Diana Morant, en el Congreso jaime garcía
José F. Peláez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Yo recuerdo cuando, de pequeño, oía que los perros eran capaces de oler el miedo. Me parecía fascinante. Si se puede oler el miedo, ¿también se puede oler el amor? ¿Y el deseo? ¿A qué huele en concreto? Supongo que el miedo huele a adrenalina, ... a derrape sobre el asfalto, a glándula suprarrenal, a uranio. El amor quizá a feromona, a cachorrillo de mastín, a tulipanes frescos, a pecado. En cualquier caso, cuando yo miraba a aquel pastor alemán sabía que no podía fingir, que él conocía mi arquitectura íntima y que no solo sabía en qué estaba pensando, sino que incluso podía olerlo. Era como ser de repente transparente: estar delante de ese perro era como estar delante de Dios. Y daba igual aquella estúpida pose que convertía mi BH en una Harley-Davidson y mi pueblo de Tierra de Campos en Nashville, Tennessee. El can y yo sabíamos que, en realidad, estaba aterrado, así que me limitaba a sobreactuar y exagerar la seguridad que no tenía. Supongo que seguía oliendo igual. Pero con una actitud que ni Loquillo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia