Tras el primer estamento de la organización, que integraban sus líderes, se encontraban los jardineros, es decir, los encargados de cuidar de las plantaciones. La mayoría eran de cultivo intensivo, que instalaban en naves industriales o casas unifamiliares en zonas aisladas, para evitar ser descubiertos.
Durante las entradas y registros, los agentes desmantelaron seis cultivos en viviendas unifamiliares de Querol, Vandellòs, Hospitalet de l'Infant, Mont-roig del Camp y l'Ametlla de Mar. Allí localizaron plantaciones con todos los estados de crecimiento posibles de la marihuana. El nivel de la instalación, además, permitía hasta cinco recolectas de cogollos al año, y, como suele ser habitual, alimentaban los cultivos con enganches ilegales a la corriente eléctrica.
Fue el pasado 5 de julio cuando los Mossos explotaron la operación, que se saldó, en una primera fase, con 12 detenidos, a los que se sumaron dos más. Todos ellos, entre los 20 y los 51 años, están acusados de delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico.
Entre ellos hay un fugitivo sobre el que pesaba una orden de arresto en Italia, también por tráfico de drogas. Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción 5 de Tarragona, cinco de ellos han ingresado en prisión provisional y el resto se encuentra en libertad con cargos y cautelares: retirada del pasaporte y prohibición de abandonar el país.
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