La Mesa del Parlament suspende a Borràs y se abre una crisis entre Junts y ERC

La reunión de la Mesa en la que se ha decidido suspender a la presidenta del Parlament, que mantendrá su escaño al menos hasta que se produzca una sentencia condenatoria o renuncie a él, ha contado con una primera parte en la que Borràs ha intervenido para pedirles a los seis diputados que decidan «en conciencia», tal y como ha explicado la propia protagonista al salir de la reunión mientras se dirigía a los despachos de Junts. Sus palabras en la Mesa han durado menos de una hora y tras estas ha dejado la reunión, para que el resto de los miembros del órgano rector de la cámara catalana deliberaran.

Una hora después, poco antes de las dos del mediodía, la Mesa ha decidido por mayoría (Aurora Madaula, de Junts, ha votado en contra) aplicar el 25.4 del Reglamento, por lo que Borràs ha dejado de ser presidenta del Parlament en ese mismo momento. Fuentes parlamentarias han indicado que antes de aplicar este artículo reglamentario se ha ofrecido a la cuestionada presentar su dimisión, para evitar así la suspensión de la segunda autoridad política de Cataluña, e incluso que iniciara el trámite que recoge el artículo 25.2 del mismo Reglamento, que supondría, primero, pedir la suspensión por parte del diputado afectado, pero que retrasaría la decisión final de la Mesa. Ambas ofertas han sido rechazadas por Borràs.

Al conocer el resultado de la votación de la Mesa, la ya presidenta suspendida de la cámara autonómica ha comparecido ante la prensa para defender su inocencia, criticar la decisión y acusar duramente a los cinco diputados que han dado trámite a su suspensión: Vergés (ERC), Assumpta Escarp (PSC), Ferran Pedret (PSC), Carles Riera (CUP) y Ruben Wagensberg (ERC). «Tienen nombres y apellidos. Han venido vestidos de jueces, no de diputados. Se han sentido revestidos para suspender mis derechos y suspender los derechos de mis electores para ser representados por mí y lo han hecho sin requerimientos ni sentencias firmes. Han venido vestidos de jueces hipócritas y atacan y vulneran los derechos políticos de más de medio millón de votantes», ha dicho desde la sala de audiencias de la Presidencia del Parlament.

En un largo discurso, Borràs ha añadido, también, que no tiene intención de dimitir de su escaño, ha reclamado que se retire del Reglamento el artículo 25.4 (que fue propuesto por la CUP en 2017 y negociado con Junts, y aprobado por todos los grupos menos el PP) y ha lamentado su «frustración personal» porque, en su opinión, partidos que hasta la fecha eran considerados independentistas, como ERC y la CUP, se han sumado, ahora, a una «persecución política» y «aplanando el camino para que se consiga este objetivo». Finalmente, ha reconocido que la suspensión supone un «daño personal y político»; y ha añadido: «Estas medias, no seamos cínicos, son muy difícil de revertir».

Así, a partir de ahora está por ver la reacción de Junts, que forma parte del Govern con ERC y que ha visto como hoy se descabeza a su líder del cargo institucional más importante que hasta la fecha gestionaba. No hay voces internas de la formación que fundó Carles Puigdemont que propongan la ruptura del gobierno autonómico, pero sí que se revise el acuerdo de legislatura, sobre todo teniendo en cuenta que, en aplicación del artículo 40 del Reglamento del Parlament, la suspensión de Borràs entrega la presidencia en funciones a Vergés (ERC). Este jueves, fuentes oficiales de Junts mostraban su enfado con la decisión de los de Oriol Junqueras y Pere Aragonès, incluso, en la línea de lo defendido por Borràs, negándoles la condición de partidos independentistas por votar junto al PSC.