SCC exige rebelarse contra la falta de neutralidad institucional en Cataluña

A las jornadas, que durante dos días han reunido a centenares de oyentes, han asistido miembros destacados de PSC, PP, Vox y Ciudadanos que, a pesar de sus claras diferencias, han coincidido en hacer un alegato sobre la necesidad de contar con una neutralidad institucional que sea la garante de una democracia «avanzada». Los ponentes, acostumbrados a exigir estas buenas prácticas ante los gobiernos independentistas autóctonos, han planteado además propuestas para poder recuperar un espacio «público y para todos» en Cataluña.

Durante el encuentro, SCC ha querido poner precisamente sobre la mesa que en Cataluña el nacionalismo «ha colonizado» el espacio público y por ello sus responsables han pedido luchar para que todos los catalanes tengan «los mismos derechos y libertades». En esta misma línea, una de sus sesiones paralelas, celebrada ayer, abordó el hecho de que en España también haya ido al alza la apropiación partidista del espacio público por parte de algunos colores.

Si ayer participaron Salvador Illa (PSC) Carlos Carrizosa (Cs), este sábado ha sido el turno, entre otros, del portavoz adjunto de C's en el Congreso, Edmundo Bal, el portavoz de Vox en el Parlamento, Joan Garriga, o del presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, que fue entrevistado por el colaborador de ABC, Sergi Doria, y que, entre otros aspectos, quiso agradecer a SCC su trabajo por la defensa la libertad en Cataluña.

«La neutralidad es una condición imprescindible para que un Estado democrático de derecho lo sea realmente», ha apuntado Elda Mata, presidenta de SCC, durante la clausura de las jornadas. Ella ha puesto énfasis en que la entidad que preside se fundó en 2014 precisamente «para luchar contra el régimen nacionalista enemigo de la democracia» y ha reclamado tanto a partidos como a la sociedad civil no callarse para «fiscalizar» y combatir esta realidad.

Mata también ha exigido «el fin de los pactos vergonzantes en las instituciones catalanas» y «rebelarse contra la injusticia del supremacismo». «Los ciudadanos no nacionalistas no somos moneda de cambio, somos los garantes de la dignidad de la democracia», ha sentenciado.