La Generalitat de Cataluña recuerda al sector rural las ayudas que recibe de la Unión Europea (UE) y lanza subliminalmente un mensaje de advertencia ya que la secesión supondría la salida automática del club comunitario y, por lo tanto, el cierre del flujo económico agrícola.
A estos 300 millones de euros anuales, la Generalitat tiene que sumar otros 29,3 millones más anuales, gracias al fondo FEADER, también de la UE, que están reflejados en el Programa de Desarrollo Rural de la Generalitat para el periodo 2014/2020.
Este segundo programa tiene un monto total de 811 millones de euros para todo el periodo. El 50 por ciento lo sufraga la propia Generalitat; el 43 por ciento, la UE; y el 7 por ciento restante el Gobierno de España.
42.550 beneficiarios al año
De esta manera, Anson recuerda los objetivos de la PAC recogidos en los fondos FEAGA («estabilizar las rentas de las explotaciones agrarias») y FEADER («orientado a políticas de competitividad, relevo generacional y sostenibilidad»), que en Cataluña ascienden a 329,3 millones de euros cada año.
«Estas ayudas contribuyen a mantener activo un sector miltifuncional, que además de ofrecer alimentos, fruto de su actividad principal, ofrece a la sociedad, otros beneficios como son el trabajo y gestión del territorio, esencial para el equilibrio territorial del país», señala Anson.
En Cataluña, según datos de 2016, hay 42.550 beneficiarios agrícolas que reciben ayudas de la UE. Las comarcas catalanas más beneficiadas gracias a la PAC son las de la Noguera (Lérida), el Segriá (Lérida), el Bajo Ebro (Tarragona), el Montsiá (Tarragona) y Osona (Barcelona). En su conjunto, en toda la UE hay unos 22 millones de agricultores.
La secesión de Cataluña supondría perder 329,3 millones al año en ayudas de la UE al campo catalán
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