El Parlamento de Cataluña rechaza cumplir las sentencias del 25% de español en las escuelas con el voto del PSC

La Comisión de Educación del Parlamento de Cataluña ha rechazado una propuesta de resolución que instaba al Govern a «dar cumplimiento a las resoluciones judiciales del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que acuerdan establecer enseñanza en castellano en porcentajes no inferiores al 25% en todos los centros públicos catalanes», según informa Ep.

Manuel Acosta (Vox) ha advertido de la posible «desobediencia» por parte del consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, en caso de no cumplir con las sentencias. El diputado autonómico de Vox ha dicho que la actitud del consejero «denota que la imposición del catalán y el ostracismo del castellano es tan flagrante que tiene que intervenir el Poder Judicial» y ha acusado al Govern de usar la lengua como palanca ideológica.

La propuesta de Vox también pedía respetar «el principio constitucional por el cual el castellano debe ser lengua vehicular obligatoria y las lenguas cooficiales opcionales». Solo Ciudadanos ha dado apoyo a esta iniciativa parlamentaria presentada por el partido de Santiago Abascal, pues a la negativa del PSC se suma que ningún representante del PP ha participado en la Comisión de Educación.

A la misma hora que se producía la sesión de la Comisión de Educación, Alícia Romero, portavoz del PSC, defendía el sistema de inmersión lingüística que se aplica en las escuelas de Cataluña. La diputada autonómica, en rueda de prensa desde la sede del PSC, ha recordado que los socialistas «nos sentimos padres de la inmersión lingüística», y ha hecho referencia a Marta Mata, dirigente socialista «que diseñó el sistema» a finales de los años setenta del siglo pasado e inicios de los ochenta.

Aun así, Romero ha defendido «respetar» las sentencias de los tribunales («siguiendo el modelo de inmersión») y ha aceptado revisar el modelo de inmersión escolar («la sociedad evoluciona») siempre y cuando se mantenga que el catalán debe seguir siendo lengua vehicular y se dé autonomía a los centros para que ajusten sus planes lingüísticos dependiendo de su «entorno». Una autonomía y unos planes que, ha añadido Romero, ya se ponen en práctica.