El Parlament avala la tramitación de los presupuestos entre disputas y reproches de Junts, ERC y la CUP

El debate de las enmiendas se ha convertido esta tarde en el escenario elegido para que ERC, Junts y la CUP airearan durante horas las tensiones que vive el bloque independentista, que hoy se ha mostrado incapaz de unirse para avalar las cuentas del Govern. En su turno de palabra, los antisistema han desmerecido la propuesta presupuestaria que finalmente ha avalado el partido de Ada Colau -a cambio de que ERC 'salve' sus cuentas en Barcelona- y han pedido ir más allá asegurando que volverán al redil de la investidura si el presidente catalán, Pere Aragonès , se compromete a girar a la izquierda y regresar a la confrontación con el Estado. «En los Presupuestos de los macroproyectos no nos encontrarán, en los del servicio a la gente y la autodeterminación, sí», ha defendido la dirigente anticapitalista Eulàlia Reguant.

Por parte de la bancada del Govern , encargada de defender hoy sus cuentas, las intervenciones también han tenido un toque de 'ajuste de cuentas' entre socios. Por parte de Junts, han aprovechado para atacar a los comunes poniéndolos al nivel del PSC, el PP y Vox. También han atizado las diferencias entre ERC y la CUP. «Como queda ahora el acuerdo (con la CUP) que facilitó la investidura. ¿Cómo queda el compromiso de la moción de confianza? », ha señalado el diputado posconvergente Joan Canadell en una intervención cargada de reproches contra los republicanos y ataques contra el partido de Ada Colau que, paradójicamente, ha salvado hoy las cuentas del ejecutivo catalán.

«Nosotros somos los de la confrontación con el Estado», han proclamado desde Junts antes de alertar que el pacto de hoy es el «preludio» de un «nuevo tripartito» entre ERC, el PSC y los comunes . Por ello, los posconvergentes han pedido a la CUP que se repiensen su negativa a las cuentas. «Entendemos sus dudas», ha lanzado Canadell mirando a la bancada de los anticapitalistas, que con su 'no' a las cuentas han enterrado hoy la mayoría «del 52%» que las formaciones independentistas lograron en los comicios del 14-F (en esta suma se incluye también los votos del PDECat, que no obtuvieron representación en el Parlament). Junts también ha aprovechado la ocasión para airear críticas a propuestas de ERC, como la creación de una eléctrica pública.

Desde la oposición, el tono ha sido de críticas cerradas al contenido y las formas de la negociación presupuestaria. «El acuerdo improvisado de última hora envía a la papelera de la historia, que ya empieza a estar muy llena, la mayoría de la investidura», ha ironizado la diputada socialista Alicia Romero aludiendo al capítulo del 'procés' en el que la CUP, tras investir a Carles Puigdemont, se jactó de haber desterrado a Artur Mas de la política catalana. Por parte del PP , Alejandro Fernández, ha afirmado que son unas cuentas del 'procesismo' pensadas para el «control social» de Cataluña. Desde Vox , han avisado que las previsiones económicas del Govern son excesivamente optimistas mientras que Cs ha acusado a los comunes de ser los «salvadores» del separatismo.

En su turno de palabra, el consejero catalán de Economía, Jaume Giró , ha defendido sus cuentas ante la cámara sin esconder su malestar por los avales recogidos en la bancada de los comunes. Giró, cuota de Junts en el Govern, ha reconocido que su satisfacción hoy no era «completa» porque la CUP no ha querido entrar finalmente en la ecuación presupuestaria. «Estoy seguro que más allá de este episodio, y más temprano que tarde, seremos capaces de volver a demostrar la unidad estratégica del independentismo», ha añadido.

Mientras Giró explicaba sin excesivo entusiasmo sus cuentas, en ERC han salido en defensa de una propuesta presupuestaria negociada a contrarreloj este fin de semana con los comunes tras el 'no' definitivo de la CUP. «Por nuestra parte las confianzas siguen enteras. Preservar la mayoría del 52% significa saber respetar las discrepancias », ha resa,tadk el diputado republicano Lluís Salvadó, que ha evitado responder a los reproches expresados por ERC y la CUP y se ha centrado en reivindicar las bondades de las cuentas catalanas. «¿Estos son los mejores presupuestos posibles? Seguramente no, pero debemos abordar los problemas de la gente», señaló por su parte el diputado de los comunes Joan Carles Gallego, quien también hizo una defensa de su posición de perfil bajo.