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Marta Pascal se pliega a las presiones de Puigdemont y renuncia a liderar el PDECat

El presidente del partido será David Bonvehí y la vicepresidencia recaerá en Míriam Nogueras

«No puede ser que no tenga la confianza de Puigdemont», ha dicho Pascal a modo de despedida

Marta Pascal, este sábado en la Asamblea del PDECat EFE

À. Gubern

Tras la fallida proclamación de la república catalana el pasado 27 de octubre el independentismo catalán se ha partido entre una facción posibilista, que asume que hay que hacer política autonomista, y otra facción que si bien asume con cierta incomodidad que no hay tal república asegura que la proclamación de la misma es para pasado mañana. El congreso del PDECat que hoy concluye en Barcelona, más allá de la batalla de nombres y de liderazgos, no es más que la pugna entre estas dos facciones, y en la misma, claramente, se han impuesto los segundos. El partido vira hacia el secesionismo de perfil duro, de inspiración berlinesa. Los autonomistas han sido purgados. Puigdemont manda.

La traslación inmediata de esta realidad se traduce en una nueva ejecutiva en la que Marta Pascal, que ha sido coodinadora general estos dos últimos años, ya no estará. Vía libre también para la integración del PDECat en la nueva platafoma de corte personalista que impulsa el expresidente Carles Puigdemont, la Crida Nacional per la República . Una ponencia aprobada ayer insta a todos los militantes del PDECat a sumarse a esa iniciativa, en lo que viene a ser la certificación de la muerte del PDECat como partido.

La resistencia de Pascal a ceder duró dos días, y la presión ejercida por el dirigente prófugo, que había amenazado con darse de baja del partido –con el riesgo de escisión que ello significaba– si Pascal no renunciaba surtió efecto. Hostigada por el sector crítico que amenazaba con presentar una lista alternativa, con escasos apoyos y sometida a una fuerte presión, Pascal finalmente comunicó ayer por la tarde que daba un paso al lado. A modo de desquite, Pascal no buscó eufemismos para explicar lo sucedido. « No puede ser que la coordinadora general del partido no tenga la confianza del expresidente Carles Puigdemont, y yo no la tengo». Tal cual. El PDECat, como el independentismo en su conjunto, sigue secuestrado por la voluntad del político prófugo.

La nueva ejecutiva ampliada estará presidida por David Bonvehí, con quien Pascal ha hecho tándem estos dos últimos años, mientras que Míriam Nogueras, diputada en el Congreso, será vicepresidenta. En lo único que pudo leerse como una concesión a Pascal, el líder más visible del sector crítico, el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, también se retiró de la batalla por la dirección. En la nueva ejecutiva de consenso –es un decir,– se integran puigdemontistas destacados como los consejeros Damià Calvet y Miquel Buch , entre otros.

La reconfiguración de la ejecutiva pone pues el partido en sintonía con Puigdemont, en una reorientación que llevará al PDECat a integrarse de manera decidida en la llamada Crida que impulsa el expresidente, una integración que Pascal había asumido como inevitable pero que creía poder pilotas sin que el partido quedase difuminado. Estas prevenciones ya no existen, y una comisión que trabajará en paralelo a la nueva ejecutiva pilotará esa integración, que se intuye más de fusión que de confluencia.

República «inmediata»

Junto a los cambios en la dirección, el giro estratégico y programático también está consumado, tal y como quedará ratificado en la votación de hoy al mediodía. Así, por ejemplo, la ponencia política aprobó que hoy se someta a consideración de los compromisarios cómo se hace «efectiva la República catalana» , bien de «de manera inmediata» –así, a secas, en una apostilla introducida por los críticos–, bien con el añadido pragmático – es un decir– de «lo más pronto posible», como defiende la dirección saliente. Definitivamente, la política virtual se ha hecho con el PDECat .

Al margen de estas consideraciones, lo que sí queda claro es que el nuevo partido comienza ya a funcionar a partir de hoy en sintonía con la estrategia que emana de Berlín . Puigdemont, que ya tutela la Generalitat a distancia –ERC al margen–, se hace también con el control del partido. El presidente del Govern, Quim Torra, celebraba el giro apuntando que el PDECat y la Crida son «dos iniciativas que tienen que acabar confluyendo». Todo se alinea, Giro radical.

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