Ferran López, un relevo discreto y profesional para digirir los Mossos d'Esquadra

Lopez, que fue nombrado comisario superior el pasado mes de mayo para asumir, entre otras, las funciones de David Piqué, comisario general de coordinación territorial fallecido en 2016, era uno de los dos comisarios superiores de la estructura de la policía catalana. Junto a Joan Carles Molinero, responsable de la coordinación central, pasaba por ser la mano derecha de Trapero. De hecho, su nombre ya había sonado como posible candidato para sustituir al comisario Josep Milan durante la época de CiU, aunque finalmente el relevo no se llegó a producir y el cambio en la cúpula policial llegó con el nombrambiento de Trapero como mayor en abril de 2017.

De perfil discreto y técnico, López, de 50 años, ya fue el encargado de sustituir a Trapero en la reunión de coordinación para preparar el dispositivo del 1-O y quien acompañó al mayor en su declaración ante la Audiencia Nacional. Dos ejemplos que no hacen más que subrayar la condición de López, que ingresó en los Mossos d'Esquadra en 1990, como hombre fuerte de la policía catalana. Diplomado en Ciencias de la Educación y Posgraduad en Dirección y Gestión de Seguridad Pública, el nuevo jefe de los mossos ha ejercido como subjefe de la Región Policial de Ponent y jefe de la Región Metropolitana Sur. Antes de eso, López fue hasta 1999 jefe de pelotón en el Grupo Especial de Intervención (GEI).

Con la elección de López, el Ministerio del Interior apuesta por una «sustitución de carácter puramente técnico» que recae en un profesional «gran conocedor de las materias de seguridad e Interior y que es miembro de la Junta de Seguridad de Cataluña».