Cataluña camina hacia la italianización del «procés»

La fecha de los comicios es aún una incógnita. La duda estriba en saber si Quim Torra se anticipará a convocar comicios antes de que el Tribunal Supremo lo inhabilite de manera definitiva -lo que se prevé para finales de septiembre-, u optará, como algunas voces del independentismo reclaman, por dilatar los plazos. Aunque la legislatura podría prolongarse hasta diciembre de 2021, la misma, el propio Torra lo reconoció, está agotada. La sensación de descomposición, de pudridura, no se puede esconder.

La próxima contienda electoral, encualquier caso, traerá consigo una renovación en casi todas las candidaturas. En la mayoría de casos estas serán lideradas por nombres de un perfil bajo pensados para no hacer sombra a los líderes «reales» de los distintos partidos. El caso paradigmático es ERC, que probará suerte con Pere Aragonès (vicepresidente catalán y favorito de Junqueras). El republicano tiene las encuestas a favor a pesar de su poco carisma y su escaso conocimiento por parte del electorado. Por su parte, Junts sigue deshojando la margarita con una quiniela en la que destacan consejero Jordi Puigneró (también gris y desconocido) y en la que Torra insiste en colar nombres más cercanos a él, como el de Laura Borràs. La CUP siempre apuesta por nombres nuevos y desconocidos mientras que Ciudadanos sorprendió esta semana defenestrando a Lorena Roldán (que ganó unas primarias hace un año) para señalar a un más bregado Carlos Carrizosa . Los Comunes, por su parte, eligieron a su cabeza de lista ( Jéssica Albiach ) hace meses, pero su nombre sigue siendo un desconocido para el gran público. Los morados dependerán de nuevo del tirón de Colau y Pablo Iglesias para levantar sus expectativas, ahora bastante pobres.

Las únicas formaciones que repetirán candidato respecto a los comicios del 21-D serán el PSC y el PP. Los socialistas volverán a confiar en Miquel Iceta , muy cercano a Pedro Sánchez, pero tratarán de rentabilizar la catalanidad del ministro de Sanidad, Salvador Illa. No en vano, la pandemia ha catapultado el índice de conocimiento de este cargo técnico del PSC casi desconocido hasta hace dos días. Paralelamente, el PPC aspira a recoger los frutos de su apuesta por Alejandro Fernández , que ha protagonizado varios choques virales con Torra en el Parlament estos últimos años y que es reconocido -incluso por sus adversarios- como uno de los políticos catalanes más capaces. VOX presenta a Ignacio Garriga, al que las encuestas dan hasta seis diputados.

Tradicionalmente el tablero político catalán ha presentado una oferta mayor que el del resto de comunidades autónomas. No obstante, en las próximas elecciones esta tendencia podría conducir a un panorama insólito: hasta nueve formaciones con representación en el Parlament. Ello distorsionará las futuras negociaciones y hará más incierto, todavía, el reparto de los escaños por provincias. Según las últimas encuestas, el próximo hemiciclo podría contar con diputados de Ciudadanos, Junts, ERC, PSC, los Comunes, el PP, la CUP, Vox y hasta del PDECat formación que, según ha podido saber ABC, está decidida a retar a Puigdemont y presentarse por separado . El equilibrio entre los bloques no parece sin embargo que vaya a decantarse: sin salir del bucle procesista, la política catalana se italianiza.