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Casi un cuarto de siglo de pagos ilegales para ganar el favor del capo Pujol Soley

Las pruebas dejan claro que el clan Pujol Ferrusola no vivía «con una mano delante y otra detrás», como decía Marta Ferrusola

Jordi Pujol, en una imagen de 2018 INÉS BAUCELLS | Vídeo: Jordi Pujol no se pronuncia sobre las acusaciones de organización criminal (AT)

Jesús Hierro / Daniel Tercero

Los millones de euros con que el clan Pujol se enriqueció durante casi un cuarto de siglo a base de actividades ilegales llegaron a las arcas familiares por diversas vías, algunas sofisticadas y otras no tanto. En ocasiones, según la tesis del juez de la ... Audiencia Nacional José de la Mata -que acaba de cerrar una compleja investigación de siete años-, eran empresarios que pagaban a la familia para conseguir «la influencia» del clan sobre instituciones públicas controladas por los convergentes: las clásicas mordidas. Pero no siempre había esta contraprestación. Otras veces esos empresarios pagaban simplemente «para crear o mantener una buena relación con la familia Pujol Ferrusola», según el juez. En otras palabras, ganarse el favor con una visión de futuro. Un auténtico «impuesto Pujol», que les antojaba indispensable para ser alguien en los negocios en Cataluña. Ya no es abonar contraprestaciones ilegales a cambio de algo; es que consideraban que era mejor pagar, por si acaso. Un sistema más cercano a la mafia que a las castizas mordidas cobradas por partidos a cambio de adjudicaciones de obras públicas, como las de Convergència a través del Palau de la Música.

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