«Que te agredan por llevar un polo de tu país es surrealista»

En síntesis, esta ha sido la declaración que han prestado este martes las tres mujeres agredidas, que aquel día habían instalado en la capital catalana una carpa de apoyo a La Roja. Luego, cada una de ellas, ha ahondado en diferentes detalles sobre el ataque en el que estos radicales independentistas destrozaron la carpa y todas las enseñas de España y de la selección de fútbol que encontraban a su paso: «¡Pisoteaban la bandera de un país, que es de todos, con una rabia y una ira...!» , lamentaba una de las víctimas.

Otra de las mujeres ha asegurado, en este juicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, que los agresores las amenazaban con frases como «os vamos a matar» . En eso ha concidido también uno de los colaboradores de la carpa que presenció los hechos. Ha narrado a la juez que los independentistas les llamaban «perras españolas»; que arrancaban todo lo que se encontraban por delante y que, efectivamente, las amenazaron de muerte, mientras –siempre según su testifical– uno de ellos «se pasó el dedo por el cuello», en señal de amenaza. «Si no hubiera más gente en la calle la hubieran matado», llegó a decir este testigo, que, a renglón seguido ha lamentado: «Que te agredan por llevar un polo de tu selección es surrealista» .

Todo comenzó sobre las cinco y media de aquella tarde de junio. Un vecino que paseaba un perro se acercó a las mujeres, les dijo que debían irse del barrio, las insultó y empezó a hacerle fotos desde la acera de enfrente. Luego, llegaron varios hombres que se abalanzaron sobre la carpa y destrozaron tanto la instalación como las banderas de España que colgaban. Hubo más tarde un tercer episodio: dos hombres que pasaron en coche las insultaron y amenazaron, lanzándoles, además, un vaso con bebida.

La Fiscalía pide para estos cinco radicales independentistas penas de hasta tres años de cárcel por delitos de lesiones, daños, contra la integridad moral, amenazas, hurto e incluso pertenencia a grupo criminal, por formar parte de «Desperdicis», un colectivo ultra del equipo del Sant Andreu de la capital catalana.

El lunes, en su declaración como acusados, los cinco se desvincularon de los ataques. Tres de los cinco procesados dijeron que no se reconocen en las imágenes en que supuestamente se basan las acusaciones para imputarles y negaron ser miembros de «Desperdicis».

Sus abogados impugnaron ante la juez los vídeos y fotos del ataque, prueba de cargo clave para las acusaciones, al cuestionar su autoría y su veracidad, pues dicen las imágenes fueron editadas para alterar su contenido. Se prevé que el juicio acabe el viernes.