Dos mujeres forzadas a prostituirse denuncian a sus explotadores en Tarragona
La Policía llegó hasta la organización tras una llamada anónima que alertó de la situación de las víctimas
Registro de un domicilio durante la operación contra la explotación sexual en Tarragona
Con una llamada anónima. Así fue como la Policía Nacional supo que dos mujeres colombianas eran obligadas a ejercer la prostitución en un piso de Tarragona. Los investigadores contactaron con las víctimas, quienes decidieron denunciar a sus captores a cambio de ser ... testigos protegidos.
Ambas detallaron a los agentes que la organización las engañó en su país de origen, bajo la promesa de una vida mejor en España, con una oferta laboral. La mujer que las captó organizó el viaje -que financiaron con un prestamista en Colombia- y, una vez aquí, la misma captadora les trasladó que no podía mantenerlas y que debían ejercer la prostitución.
Las forzaban a realizar prácticas sexuales sin protección, así como a entregar el 50 por ciento del dinero obtenido a los explotadores. Debían estar disponibles las 24 horas, todos los días de la semana. Y, si se negaban, la mujer que las había captado, amenazaba con dejarlas en la calle.
Con autorización judicial, los investigadores explotaron la operación, que se saldó con tres detenidos. Un colombiano y un español que regentaban los pisos reconvertidos en prostíbulos, así como la captadora de las víctimas, también encarga de concertar las citas con los clientes.
El de nacionalidad española era el titular de las cuentas bancarias donde la organización acumulaba las ganancias de la explotación sexual, y también había gestionado el alquiler de los inmuebles. En sendos domicilios, la Policía localizó el pasaporte de una de las víctimas, así como más de 2.000 euros en efectivo, varios teléfonos móviles y un ordenador.
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