El Liceu ficha a Victor García de Gomar como nuevo director artístico

García de Gomar, barcelonés de 43 años, es director artístico adjunto del Palau de la Música Catalana. Llegó ahí de la mano de Joan Ollé y Mariona Carulla, con quienes reflotó una casa hundida por el saqueo de Félix Millet. La propuesta con la que García de Gomar ha ganado la plaza incluye como novedad la incorporación como asesor durante los próximos cuatro años del director de escena Àlex Ollé, cofundador de la Fura dels Baus y buen conocedor del panorama operístico internacional.

La elección de García de Gomar se daba por prácticamente segura. El gerente del teatro, Valentí Oviedo, explicó en una entrevista a este mismo diario que se buscaba un perfil que ante todo conociese a los músicos locales, con la voluntad de recuperar el papel internacional que antaño tuviese el Liceu como trampolín de talentos. El resto de requisitos apuntaban también hacia la figura de García de Gomar, y no pocos managers han llamado a su puerta las últimas semanas para hacerse un hueco cuanto antes en la programación de las próximas temporadas. Su excelente relación con el director musical de la orquesta del Liceu, Josep Pons, habría pesado también en la elección. Precisamente el escaso entendimiento de Pons con Scheppelmann jugó un papel importante en la rescisión del contrato de ésta.

De Gomar ha compaginado en los últimos años la programación del Palau de la Música y la asesoría del Auditorio de Girona, desde el que organiza también el festival Nits de Clàssica. Antes de recalar en el Palau de la Música, García de Gomar trabajó con la Orquesta Barroca de Sevilla, el Festival de Música Antigua de Barcelona y el departamento de música de la Fundación «La Caixa». De hecho, se le ofertó ser el adjunto de Scheppelmann cuando ésta fue escogida como directora artística. Él rechazó la oferta, ya que empezaba a cobrar forma su proyecto como adjunto a Joan Oller en el Palau y no consideró adecuado volver a empezar desde cero para ocupar un puesto de rango similar en otra institución. Ahora García de Gomar llega a un Liceu más saneado en lo económico, pero con el proyecto artístico aún tambaleándose tras la crisis económica.

El Palau, con Oller y García de Gomar al frente, ha sido estos últimos años un lugar mucho más interesante de cara a conocer nuevas voces del panorama lírico nacional que el propio Liceu, tan golpeado por la coyuntura económica -entre otros factores-. De ahí han salido proyectos que luego han viajado por toda Europa, y han tendido puentes para traer a Barcelona a un maestro de la talla de Simon Halsey para dirigir el Orfeó Català, llevar el coro a escenarios como los Proms de Londres y a Viena, y actuar con directores como Gustavo Dudamel. Esto, unido al diálogo con las artes plásticas y con la literatura, han consolidado un proyecto con voz propia y enorme proyección, aspectos en los que el Liceu languidece desde hace algunos años.

Con exquisito gusto artístico, buena formación musical y poseedor de una magnífica colección discográfica, García de Gomar deberá demostrar ahora que es capaz de llevar al Liceu los éxitos logrados en el Palau.