Globos al estilo 'Up' para denunciar la desaparición de las antiguas pajarerías de las Ramblas de Barcelona
El Ayuntamiento no prevé renovar las licencias a estos puestos de venta
Carl Fredricksen ató miles de globos de helio a los cimientos de su casa unifamiliar para hacer volar la edificación y evitar así que las grúas la derribaran. Con la reproducción de esta memorable escena de la película 'Up' de Disney y Pixar en la mente, las antiguas pajarerías de las Ramblas de Barcelona han querido denunciar su próximo «desahucio» por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
Así, uno de los once quioscos que permanecen en la mítica avenida ha amanecido este martes con centenares de coloridos globos, emulando lo que sucedía en la película. «No queremos desaparecer. ¡Queremos diálogo! ¡Queremos un acuerdo!», rezaba una pancarta en lo alto de la parada. «Viendo 'Up' por la televisión mi hija me comentó que querían echar al protagonista igual que a su padre de las Ramblas y tuvimos la idea«, explica a ABC Xavier Cuenca, que pertenece a la tercera generación de una familia que regenta buena parte de estos quioscos, en concreto cinco de los once que se mantienen abiertos, y que ahora lucha contra su fin.
Las antiguas pajarerías invadieron el tramo central de la avenida en 1855 pero son historia como tal desde hace más de una década. Los animales desaparecieron en 2010 de los escaparates del tramo central de las Ramblas pero se permitió que los puntos de venta se reconvirtieran. Aunque inicialmente se abogó por la venta de productos de artesanía, las paradas han acabado ofreciendo tíckets turísticos, turrones, helados y' souvenirs'. Ahora, además, tras quince meses duramente golpeados por el Covid, los establecimientos empezaban a notar una mejora en las ventas, habían reducido los afectados por ERTEs y ahora ven un nuevo, y definitivo, revés a sus negocios.
Tras el cambio de establecimiento, la próxima reforma de las Ramblas, que tiene que empezar el año que viene, ha sentenciado su continuidad. El Consistorio apuesta por impulsar una vía más despejada, sin tantos obstáculos , y de aquí los planes municipales de no renovar las licencias municipales de estos puestos, que son de 50 años, cuando caduquen. El Ayuntamiento defiende que éstas se acaban este 2021, pero a los afectados no les salen los mismos números.
Los propietarios de las antiguas pajarerías lamentan que su cierre puede dejar en el paro a casi un centenar de personas. Para evitarlo, han presentado un recurso administrativo contra el expediente municipal que determina su cierre definitivo y paralelamente han recogido más de 80.000 firmas y han llevado el caso a la Síndica de Barcelona, todo esto con el fin de conseguir abrir negociaciones con el Consistorio. «Queremos que nos reciban y que solucionemos esto como sea, pero no expropiándonos», pide Cuenca.
Fuentes municipales explican, por su parte, a ABC que el plan, sabido de hace tiempo, es que las tiendas desaparezcan a lo largo de este año, tal y como se les comunicó hace tiempo a los afectados cuando se conocieron los detalles del plan especial de reordenación de las Ramblas. Esto, sin embargo, no tiene por qué ocurrir «de manera inmediata».
«Si lo que quieren es liberar espacio del paseo central, pueden comenzar por retirar las ocho floristerías que están cerradas», sugiere Cuenca, que teme que a pesar de sus demandas de manera inminente puede acabar desahuciado de un negocio por la que han pasado sus padres y abuelos. «Mi abuelo lo cogió y mi padre desde los 14 años está aquí cada día. Aquí se enamoró, fue padre, fue abuelo... Aquí lo ha hecho todo. El quiosco es su vida «, sentencia.
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