¿Qué gana un socialista hundiendo Cataluña?

Conozco a muchos socialistas «de los de antes» que por dentro están que trinan. En el Parlamento catalán a veces se les oye rechinar de dientes, de tripas y de corazón. En el pasillo te susurran: «Yo si pudiera haría como vosotros, yo votaría en contra de esta infamia». ¿Por qué no les dejan?

La respuesta es simple: les han prometido que, actuando así, tardarán más, tardarán menos en volver a la Generalitat... Pero en el ínterin, no les va a faltar de ná.

Lo que llamamos pujolismo fue en realidad sociovergencia: un férreo duopolio entre nacionalistas y socialistas. El hábito de repartirse infinitos cargos y cuotas de poder, a veces poder más evidente, a veces menos, está tan arraigado, que cuando a Pasqual Maragall se le escapó lo del 3% tuvo que pedir perdón...¡por exigencia de su propio partido! No entro ahora en qué es y no es corrupción. Sí entro en que la sociovergencia retorna como socioindependentismo: con renovados votos para repartirse Cataluña entre dos (y sólo entre ellos dos) como un pastel. El problema lo tienen los ni socialistas ni independentistas, que son los que tienen que perderlo todo, hasta la lengua de sus padres, para que a estos no les falte de ná.

ANNA GRAU ES DIPUTADA DE C'S EN EL PARLAMENT