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La vida catalana del «montonero»

Mario Eduardo Firmenich, fundador de la organización terrorista argentina, vive en Vilanova desde 1996: mientras, su hijo Facundo asesora a Podemos

Firmenich, al ser detenido en 1984 en Buenos Aires REUTERS
Guadalupe Piñeiro Michel

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Es uno de los personajes más polémicos de la historia argentina reciente, y actualmente poco se sabe de él en su país de origen, donde fue uno de los fundadores de la organización Montoneros, que realizó secuestros y asesinatos durante la década de los setena. Pero, en Cataluña, donde vive desde hace ya 22 años, Mario Eduardo Firmenich es un vecino más. Alejado de la tierra que le vio nacer, lleva una vida tranquila a apenas 49 kilómetros de Barcelona, en el municipio de Vilanova i la Geltrú, en una vivienda muy cercana a la estación de tren de esa localidad.

Montoneros fue un grupo armado de inspiración peronista responsable de numerosos secuestros, algunos de los cuales acabaron con la muerte de las víctimas. El de más impacto social fue el del exdictador argentino Pedro Eugenio Aramburu en el año 1970. Posteriormente, a este asesinato, la organización profanó su tumba en el cementerio porteño de Recoleta y robó sus restos, algo que se publicaría en el año 1974 en un artículo de la revista «La causa peronista» que se titulaba «Mario Firmenich y Norma Arrostito cuentan cómo murió Aramburu».

A pesar de arrastrar este oscuro pasado, y tras ser indultado en su país, en Cataluña «El Pepe» -como se le conocía en el interior de Montoneros- vive con calma desde el año 1996, cuando decidió instalarse en España, donde imparte clases en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Rovira i Virgili, en Reus.

Cuentas pendientes

Si bien los largos kilómetros que lo separan de su Argentina natal mantienen, de alguna manera, al exmilitante al amparo de algunas de las consecuencias de sus acciones pasadas, de vez en cuando alguna voz exige justicia al otro lado del Atlántico, aunque finalmente es silenciada.

La última vez fue su compatriota Claudia Rucci quien a principios de 2016 pidió a la Justicia del país andino que citara a declarar a Firmenich y a otros jefes de Montoneros por el brutal asesinato de su padre, el sindicalista José Ignacio Rucci, en el año 1973. Finalmente, el juez Ariel Lijo señaló que esta causa había prescrito, a lo cual los hijos de Rucci respondieron que por tratarse de un crimen de lesa humanidad no existía tal caducidad. La petición quedó en nada.

No es la primera vez que el «montonero» se salva de quedar entre rejas. En los 70 fue el mismo expresidente Juan Domingo Perón quien frenó su ingreso a la cárcel. «Firmenich cayó preso en un control rutinario en marzo de 1974 y Perón lo hizo proteger para que no lo torturaran ni lo mataran. Estuvo apenas 48 horas preso. Perón le salvó la vida», cuenta para ABC Facundo Giampaolo, historiador y vicepresidente de la Juventud Peronista de la Ciudad de Buenos Aires.

La distancia física no impide que Firmenich siga, de alguna manera, vinculado a los asuntos políticos de su país. Los kilómetros que lo separan de Argentina son suplidos por textos que hace llegar de tanto en tanto, expresando su opinión sobre las cuestiones que afectan a su nación. Su última «aparición telemática» fue dos años atrás, con motivo de las elecciones presidenciales que llevaron a Mauricio Macri al poder.

Poco antes de la votación que iba a decidir si el nuevo presidente sería Macri o el entonces candidato kirchnerista, Daniel Scioli, Firmenich difundió a través de internet su «diagnóstico político» de la situación en un formato de 40 puntos entre los que el «exmontonero» opinaba que había «ambiente social de odio político».

Hijo vinculado a Podemos

La saga Firmenich no se apaga. Nacido en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, Facundo Firmenich, hijo del exlíder de Montoneros, vivió desde los 13 años en la localidad catalana de Vilanova i la Geltrú. Comenzó a estudiar Filosofía en Barcelona, pero luego cambió sus estudios por Economía.

El paso del tiempo fortaleció el espíritu combativo del joven, quien años más tarde comenzaría a desempeñar un papel político clave a ambos lados del Atlántico. Desde tierras catalanas, Facundo -que hoy tiene 32 años- creó en Barcelona en el año 2011 una filial del movimiento kirchnerista «La Cámpora», agrupación liderada en Argentina por el hijo de Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner, Máximo Kirchner.

Pero las tareas políticas del joven Firmenich también incluyen actividades a este lado del «charco»: no solo se transformó en asesor político del partido Podemos, sino que también es el director de la organización Cedesur (Centro de Estudios del Sur), creada a mediados del año pasado con el fin de analizar y fomentar la implementación de políticas públicas en los países latinoamericanos.

Algunas de las actividades de esta agrupación incluyen charlas de miembros de Podemos, como la de su cofundador Juan Carlos Monedero.

Salvando las enormes distancias, padre e hijo comparten aún ciertas ideas políticas que el joven Facundo expresa a través de distintas iniciativas a ambos lados del océano.

En lo que hace a su padre, apenas le queda un ordenador desde el que cuestiona los asuntos que hacen a la vida un país que dejó más de 20 años atrás y que, al igual que a «Isabelita» Perón, la viuda del general Perón -quien también vive en España-, de tanto en tanto le reclama explicaciones pendientes.

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