«Verano 1993», la gran ganadora de los Premios Gaudí

Simón, que llegaba a los Gaudí tras ganar el Gran Premio del Jurado Internacional de la sección Generation Kplus del Festival de Berlín, cuatro Premios Feroz -Mejor filme dramático, Mejor dirección, Mejor guión y Mejor actor de reparto- y la Biznaga de Oro del Festival de Málaga, podría revalidar esta inmejorable trayectoria en una semana en los premios Goya.

Durante la gala, que duró más de dos horas, también hubo tiempo para una aparición fugaz de Carles Puigdemont en el vídeo de introducción del presentador, y numerosas alusiones políticas. David Verdaguer, el jefe de ceremonias, contó con el aplauso unísono del auditorio cuando hizo referencia a la «presencia de numerosas autoridades y de la ausencia de otras» al tiempo que la cámara mostraba las sillas vacías de «president», «vicepresident» y «consejero de Cultura» sobre las que descansaba un lazo amarillo.

La Academia de cine catalán exhibía hoy con orgullo «una paridad histórica en el palmarés» con 11 de los 22 premios Gaudí que reconocen «el taltento de las mujeres» y con unas nominaciones en las que ellas han representado el 40%. La otra triunfadora de la gala fue «Incierta gloria» de Agustí Villaronga que obtuvo 8 de los 16 premios a los que optaba, entre ellos el de protagonista femenina para Núria Prims y el de mejor actor secundario para Oriol Pla.

«Tierra firme» se hizo con el Gaudí a Mejor película en lengua no catalana, dos años después de que su director, Carlos Marqués-Marcet, lo ganara con su ópera prima, «10.000 km». Asimismo, el propio presentador de la gala que estaba nominado por dos películas, finalmente recibió su segundo Gaudí como mejor actor por «Tierra firme».

La gala -que se desarrolló en el auditorio del Fòrum de Barcelona ante cerca de 2.000 asistentes, entre los cuales se econtraban el presidente del Parlament, Roger Torrent, y la alcaldesa Ada Colau,- tuvo un acento reivindicativo, no sólo por las «sillas vacías» sino también por muchas de las intervenciones de los ganadores.

Una de ellas fue la de Mercedes Sampietro, quien al recibir el Gaudí de Honor pidió a los políticos que sean ellos los que «pacten, negocien y hagan política y dejen a los actores la ficción , la épica y la emoción, que es lo que nosotros sabemos hacer».

«La llamada» se hizo con el nuevo Premio del público a la mejor película , una iniciativa en la que han participado más de 10.000 espectadores, mientras que «Dunkerke», de Christopher Nolan, ganó el Gaudí a Mejor Película europea.

Finalmente, la película «La Librería» de Isabel Coixet solo consiguió premio para dos de las 12 nominaciones a las que optaba: mejor dirección artística para Llorenç Miquel y mejor música original para Alfonso Vilallonga. La presidenta de la Academia del Cine Catalán, Isona Passola, advirtió de que la X Gala de los Premios Gaudí «podría ser la última» que se celebre si no revierte la situación actual del audiovisual en Cataluña.