Los terroristas de Cambrils fueron expulsados del casino de Salou días antes de atentar

Younes Abouyaaqoub irrumpió con la furgoneta en La Rambla de Barcelona la tarde del 17 de agosto de 2017. Horas después, otros cinco terroristas atropellaron en el paseo marítimo de Cambrils a una mujer, que falleció; a una agente de los Mossos, que resultó gravemente herida, e hirieron a cuchilladas a otras once personas, hasta que fueron abatidos. Una empleada del casino, cuando los Mossos le enseñaron fotografías de los autores de la masacre, reconoció a algunos. Se había quedado con la cara de aquellos individuos y con su «actitud chulesca» . El trabajador encargado del control de seguridad y del acceso lo corrobora: habían acudido al local más de una noche durante la última semana. No era difícil acordarse de ellos -identificó a tres-, especialmente por un incidente que protagonizaron: se metieron con una de las trabajadoras y, tras un rifirrafe, los jóvenes fueron expulsados del casino cuando los empleados se percataron de que uno de ellos llevaba un cuchillo . Este trabajador también ha apuntado en el juicio, que se celebra en la Audiencia Nacional, que recordaba que no había dejado entrar al local a uno de los integrantes de ese grupo por ser menor de edad.

Ninguno de los acusados -Mohamed Houli y Driss Oukabir, y el supuesto colaborador Said Ben Iazza- estuvieron en los escenarios de los atentados -La Rambla y Cambrils- ni tampoco se les identificó en el Casino. El resto de terroristas están muertos. El atentado de Cambrils lo habían preparado en un restaurante abandonado de Riudecanyes, a 14 kilómetros del paseo marítimo donde sembraron el terror. Lo han explicado varios mossos, que hallaron allí 119 indicios de los terroristas , incluyendo documentación y prendas rojas en parte quemadas en una hoguera. La Fiscalía cree que esa quema querían simbolizar su «predisposición a morir», un ritual conocido como «camino de no retorno» .