Solidaridad a medio gas con los encausados del «procés»

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Entre pancartas de «democracia» y «libertad para los presos políticos» se ha guardado un minuto de silencio. Luego los manifestantes han coreado un cántico casi único: «Es Puigdemont nuestro presidente» . Invocaban así su solidaridad con el líder ausente que permanece en Bruselas sin responder a la llamada de la juez.

Veinticinco trabajadores del PDECat han manifestado su queja contra el procesamiento de los exconsejeros y miembros del Parlament con un paro de quince minutos en las puertas de la sede del partido. Las protestas, convocadas en todos los centros de trabajo por la Asamblea Nacional Catalana, no han tenido demasiado fuste.

Ni siquiera la noticia de que la Fiscalía pedía prisión incondicional para los consejeros cesados -que más tarde han sido enviados a prisión por la juez Lamela- ha logrado prender la llama de indignación social en el séptimo día de la «república» catalana. Algunos funcionarios han secundado el paro en sus consejerías de la Generalitat, también en ciertos hospitales.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau , ha encabezado la concentración en Sant Jaume, y aunque se ha marchado sin hacer declaraciones luego ha apoyado una resolución del Ayuntamiento en defensa del «gobierno legítimo» de Puigdemont, pero sin reconocer la república proclamada el viernes.

Un vecino ha desconcertado a los presentes enarbolando una bandera de la República española y se ha visto obligado a explicarlo: «Es que no estamos contra España... al menos, yo no» , ha corregido ante la mirada extrañada de una señora, que le preguntaba si acaso era de fuera. «Lo que queremos es que otras comunidades autónomas vean que, como siempre, Cataluña ha abierto un camino, para que lo sigan. No queremos una monarquía corrupta», ha continuado el hombre. Mientras tanto, otros en la plaza gritaban «fuera, fuera, fuera, la bandera española», que sigue en lo alto de la Generalitat.

A los veinte minutos la mitad de los manifestantes se había marchado ya de la plaza y los que quedaban buscaron el espectáculo en un hombre tocado con barretina que portaba una pancarta enigmática: «Rajoy, Mussolini, Franco y Hitler ya no están aquí, el pueblo, sí».

Los últimos de Sant Jaume trataron de sostener el pulso de la protesta con los gritos habituales contra la «prensa española, manipuladora» y a favor de Puigdemont.

Los suplentes de ANC y Òmnium han exigido la libertad de «los dos Jordis»: «Son presos políticos, no se dan son las condiciones para decir que las elecciones se hagan en una situación de normalidad».