Relato de un polémico milagro

JANOT GUILBARCELONA. «Ahora, tras la publicación de mi libro, lo único que quiero es recuperar el anonimato. Ir de mi casa a trabajar de informático y del trabajo a mi casa, en Reus». Quien dice esto

ABC Alfred Blasi ha escrito un libro con su experiencia

JANOT GUIL

BARCELONA. «Ahora, tras la publicación de mi libro, lo único que quiero es recuperar el anonimato. Ir de mi casa a trabajar de informático y del trabajo a mi casa, en Reus». Quien dice esto es Alfred Blasi (Arbúcies, Girona, 1966), un hombre ... con fama internacional al que invitan a dar conferencias en Ucrania, que tiene dedicada una calle en Roma y cuya historia podría acabar siendo llevada al cine.

Difícil objetivo, pues, para Alfred, diluirse en la normalidad; aunque si alguien ha dado muestras de saber capear infortunios y navegar a contracorriente, ese es él. Inventó un remedio que le curó de su fibromialgia, un compuesto de sales minerales, y ahora este producto, a cuyos beneficios por la venta ha renunciado, se comercializa en 150 países.

Todo ello, mal que les pese a muchos que le acusan de fraude y critican que anuncia una cura para un enfermedad que se considera incurable y crónica, como médicos o asociaciones de enfermos de fibromialgia; y a pesar de los que incluso le han llegado a amenazar de muerte, como empresas que comercializan otros supuestos productos milagro.

Dolor profundo tras una gripe

En su libro -«Mi lucha contra la fibromialgia» (Ediciones El Andén)-, Blasi relata su paso del tormento al éxtasis. Todo empieza en 1996, cuando a sus 29 años cayó enfermo por culpa de una gripe vulgar. Una vez que remitieron los síntomas, empezó a sentir un dolor profundo en todo su cuerpo. Llegaron a diagnosticarle cáncer, fatiga crónica, hiponcondría, depresión y lumbalgia.

Finalmente, los médicos determinaron que sufría fibromialgia, una enfermedad que padecen 1,5 millones de españoles y que se resume en un dolor intenso en los músculos. En 1999 le concedieron la invalidez absoluta y permanente. Sin poder trabajar en su negocio de informática, postrado en la cama y roto de dolor, llegó a pensar incluso en el suicidio. Hasta que él mismo se salvó.

Comenzó a investigar por Internet sobre su enfermedad y se empapó de bibliografía. Estudió el funcionamiento de las células musculares y llegó a la conclusión de que las molestias musculares, o al menos la mayor parte, dependen de unos 25 elementos químicos, de su proporción y concentración en esas células.

Tras indagar más, concluyó que algunas patologías como la suya se deben al desequilibrio que se produce en las células musculares cuando pierden algunos iones, sobre todo los de sodio, potasio, calcio y magnesio. De ahí dedujo la terapia: un compuesto de sales minerales con esos elementos que ayudaran a las células a recuperar su equilibrio.

Tras varios ensayos y fracasos, Blasi dio con la fórmula precisa de este compuesto y fue el primero en probarlo. En seis meses pudo volver a practicar una de sus aficiones, jugar al fútbol, y pocos meses después hacía vida normal. Incluso la Seguridad Social le revocó su baja «por curación».

Al principio, se dedicó a elaborar en casa su compuesto -cuya fórmula patentó-, y lo distribuía gratuitamente a quien se lo pedía. Luego, lo hizo a través de una farmacia de Reus, pero corrió la voz. Internet trasladó la noticia a todo el mundo y los encargos desbordaron su voluntarismo.

Lo fabrica un laboratorio

En 2001, un laboratorio farmacéutico internacional con capital catalán le ofreció fabricar su compuesto y llegaron a un acuerdo; Blasi les vendió la fórmula por el precio simbólico de un euro, mas con una condición plasmada en contrato: que los beneficios de la patente los dedicaran a la investigación en fibromialgia y a la ayuda a los afectados.

Desde entonces, bajo el nombre de Recuperat-ion Electrolitos, S. L., el laboratorio comercializa el producto, que ya se vende en 150 países. Recuperat-ion se vende en farmacias, aunque no es un fármaco, sino que está registrado como complemento dietético.

No tiene efectos secundarios y es inocuo, según recalca su autor en base a los preceptivos controles sanitarios que ha tenido que pasar. No obstante, la principal duda sobre su compuesto no es si perjudica en algo tomarlo, sino si cura realmente la fibromialgia.

Ensayos positivos

A su favor, Blasi aporta los resultados de un ensayo clínico de Recuperat-ion que se hizo en el Hospital del Mar, el Clínic y Vall d´Hebron, en Barcelona, con resultados positivos, aunque añade que son conclusiones provisionales que deberán ser validadas con investigaciones más exhaustivas. También en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat se hizo otro ensayo con el compuesto que ha confirmado su otra virtud, es un gran complemento para recuperarse de esfuerzos físicos intensos, como lo certifican muchos de los deportitas de élite que lo utilizan.

Pero Alfred y su fórmula tienen también muchos detractores. Es el caso de algunas entidades de afectados, como la Federación Catalana para la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, que le acusa de lucrarse y lucrar a otros con su invento. Afirman que si se ha curado es que no tenía fibromialgia, porque, sostienen, a día de hoy esta es una patología incurable.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios