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Ramón Espadaler - Tribuna abierta

Tocar fondo

«El independentismo no tiene hoja de ruta, expresión, por otra parte, muy suya»

Ramón Espadaler

Los rifirrafes entre Esquerra y Junts per Catalunya a raíz del pacto entre el PSC y estos últimos para gobernar la Diputación de Barcelona han evidenciado el mal estado de las relaciones entre los dos socios del Gobierno de la Generalitat. «Tocar fondo» fue la expresión utilizada por Elsa Artadi, sin duda una de las voces autorizadas de Junts per Catalunya.

«Tocar fondo» -expresión sinónima de «peor imposible»- no sólo se ha utilizado en el marco de la reunión que las direcciones de ambos partidos mantuvieron para intentar resolver el choque, sino que se ha usado públicamente, de cara la galería. Es una expresión que certifica lo lejos que queda la tan ansiada unidad independentista. Una unidad que, a juzgar por este episodio, ni está ni se la espera.

Más allá de esta pornográfica exhibición de desacuerdos entre los partidos del Gobierno, el episodio pone en evidencia una segunda realidad: el independentismo no tiene hoja de ruta, expresión, por otra parte, muy suya. No la tiene y me atrevo a afirmar que no la tendrá hasta que no desvele la incógnita de fondo: decidir, con todas las consecuencias, qué camino quiere recorrer, si el de la unilateralidad o el de situarse dentro del marco de la legalidad vigente. Esta es la verdadera decisión de fondo, el cruce hoy por hoy todavía no resuelto. En función del camino que elijan, el independentismo podrá plantearse, o no, alianzas en las diversas instituciones. Serán imposibles con partidos constitucionalistas si el elegido es situarse al margen de la legalidad o posibles (e incluso recomendables) si se abandona la unilateralidad y se acata la legalidad vigente.

A la espera de esta decisión, lo único que se constata actualmente en las filas del independentismo es la ausencia de hoja de ruta y de unidad, cuestiones que, obviamente, repercuten en la acción o, mejor dicho, en la inacción del Gobierno de la Generalitat. Ejemplos no faltan: desde los reproches entre republicanos y neoconvergentes por la gestión del fuego forestal que hace unos pocos días asoló más de 5.000 hectáreas en las Tierras del Ebro, hasta los reproches mutuos ante la incapacidad manifiesta de gestionar el drama de los menores no acompañados, pasando por la quiebra del Decreto de Vivienda, entre muchos otros episodios. A esta situación hay que sumar otro aspecto no menor como la carencia de Presupuesto y la imposibilidad material de aprobar uno para el próximo ejercicio. Así las cosas, lo que parece haber tocado fondo es la capacidad del Gobierno de Cataluña para gobernar. Tocado y hundido.

Ramon Espadaler es secretario general de Units per Avançar

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