Racismo y xenofobia en Cataluña

En sus pretendidos diagnósticos sobre el desarrollo de las medidas para fomentar la igualdad de derechos y oportunidades de la ciudadanía y para la lucha contra el racismo y la xenofobia, se profundiza en los sucesos relacionados con personas y sus situaciones de vida que responden a ciudadanos de otros países, inmigrantes indocumentados o en situaciones administrativas no regularizadas, muy encomiable, y que es bueno denunciar ante las instituciones. No obstante, no es una sorpresa que reiteradamente en esos informes no se incluyan las mismas situaciones de discriminación y xenofobia, cuando estas afectan a ciudadanos compatriotas y a sus derechos civiles y fundamentales, como españoles y europeos.

Las instituciones catalanas desde hace más de 30 años, con la ley de inmersión lingüística en la educación en Cataluña y posteriores medidas para la «construcción nacional», han producido y difundido medidas que han supuesto la creación de situaciones de desigualdad de oportunidades y de discriminación en diversas materias de derechos civiles, respecto de sus propios conciudadanos en nombre de la sacrosanta construcción «nacional».

Para ello, entre otras instituciones han utilizado y retorcido sin pudor, las disposiciones europeas en materia de derechos humanos y de minorías, con la permisividad y la aquiescencia de los europarlamentarios de los llamados partidos constitucionalistas, con especial mención a los del socialismo catalán.

Pero la ciudadanía catalana va aumentando su reacción ante esta situación, así como europarlamentarios españoles no conformes con que el Parlamento Europeo siga en la ignorancia interesada creada hasta ahora, de lo que sucede en España.

En ese contexto, el pasado miércoles día 16 tuvo lugar un acto en Bruselas en la sede del Parlamento europeo, promovido por el europarlamentario independiente Enrique Calvet, adscrito al grupo liberal bajo el significativo título «¿Defiende la UE los derechos civiles de sus ciudadanos? El ejemplo español» y en el que participamos asociaciones cívicas y a destacar los emocionantes testimonios de personas que han sufrido discriminaciones y xenofobia por parte de las instituciones catalanas y españolas, reconocidas por sentencias judiciales incumplidas y a las que nadie se atreve a poner fin, dejando toda la situación en manos de la resistencia de las asociaciones civiles, perseguidas y calumniadas y con muy pocos o ningún apoyo institucional.

Desde aquí damos las gracias al eurodiputado Don Enrique Calvet por su iniciativa y colaboración y animamos a otras personalidades y grupos a secundar los valores y la esencia de los derechos civiles y fundamentales de los ciudadanos como premisa necesaria para un correcto y fructífero desarrollo de la democracia en España y el resto de Europa.

Ángel Hernández Guardia Preside Moviment Civic 12-Octubre.