La nueva consejera de Cultura de la Generalitat, tras los pasos de Torra en su aversión al castellano

En este sentido, y como presidenta de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) fue una de las firmantes del polémico Manifiesto Koiné, que abogababa por el catalán como única lengua oficial en caso de independencia. El manifiesto, impulsado desde la órbita de la ANC, lo suscribieron unos 200 firmantes, que sostenían que en Cataluña, «la lengua de la inmigración (pero sólo la española) toma a todos los efectos el rol de lengua por defecto» y denunciaba que «la ideología bilingüista» no es más que una forma de «encubrir y legitimar la subordinación de una lengua a otra».

Por ello, reclamaban que el catalán tuviese estatus de «lengua territorial», cargando contra la «implantación del castellano», algo que, aseguraron, «y sigue siendo» fruto de la «bilingüalización forzosa de la población» y de una inmigración que actuó como «instrumento involuntario de colonización lingüística».

La publicación del manifiesto Koiné causó incomodidad incluso entre las filas soberanistas, en un momento en el que JpS abogaba por un modelo bilingüe y particularmente ERC trabajaba por atraerse al voto castellano.

Borràs, en los últimos meses ha compartido despacho en el Parlament con Quim Torra, de quien es amiga y a quien ya ha dicho: "Nos tiene y nos tendrá siempre al lado al servicio del país". Nombrada en enero de 2013 directora de la Institució de les Lletres Catalanes, dimitió de este cargo en enero de este año tras ser escogida diputada en el Parlament por la coalición Junts per Catalunya, donde ocupaba la plaza número cinco por Barcelona.