El retail barcelonés necesita la ‘marca Barcelona’

Hace un año muchas eran las incógnitas que la pandemia hacía aparecer en el mercado inmobiliario retail de Barcelona . En un contexto de estado de alarma, volatilidad en el mercado bursátil y un parón repentino de la actividad comercial no fue de extrañar que los inversores fijaran su atención en los segmentos más seguros del real estate con el objetivo de minimizar el riesgo y apostar por activos estables que fueran a garantizar una rentabilidad de, por lo menos, entre el 3% y el 6%.

El carácter temporal de esta crisis abrió una ventana de oportunidad durante la que los inversores con liquidez rastrearon el mercado en busca de locales comerciales prime, un segmento que se mantuvo estable y en el que la gran demanda y poca oferta disponible dieron pie a pocas operaciones pese a la crisis. Y es que, como ya predijimos desde Laborde Marcet, en cuanto la peor parte de esta crisis pasajera hubiese pasado, el atractivo de los activos ubicados en zonas de paso seguiría siendo muy alto, algo de lo que marcas y propietarios han sido conscientes en todo momento . En las calles principales de la Ciudad Condal la actividad es frenética en circunstancias normales, y la ‘marca Barcelona’ sigue siendo una garantía pese a los hándicaps políticos y de seguridad que ha tenido que superar en los últimos años. Recuperar esa seguridad será el factor clave para la salida de la crisis del comercio a pie de calle, por lo que ha de ser protegido y salvaguardado por el bien de la economía de la ciudad.

El impacto de esta crisis en los comercios provocó que hubiera más locales disponibles, sobre todo entre los pequeños retailers, muchos de los cuales padecieron la peor parte de esta crisis y tuvieron que echar el cierre o realizar una reestructuración en sus plantillas. Los retailers del sector de la restauración están siendo los más afectados, pero no los únicos establecimientos a los que se tiene que seguir vigilando con lupa. Otros negocios de sectores como la moda o el ocio también son espacios de alto riesgo de contagio, por lo que serán los últimos en recuperar la normalidad en su actividad. Este tipo de marcas deben adaptarse a la nueva coyuntura mediante la puesta en marcha de innovaciones en sus estrategias comerciales y de cambios en su propuesta de bien o servicio.

Por zonas, los ejes comerciales secundarios han sido los más afectados, mientras que en las arterias prime no ha mucho cambio, pues las grandes marcas tienen mayor margen de maniobra para aguantar la caída drástica de ingresos de este último año. La recuperación del retail irá de la mano de un cambio en la filosofía de los negocios que conllevará la reestructuración de gastos , la realización de nuevos cálculos de ingresos y costes y la adaptación de las rentas de los locales mediante la negociación de pagos o aplazamientos.

El segmento retail es, junto al logístico, el que va a registrar una mayor estabilidad en los próximos meses debido a la reactivación del consumo y la vuelta del turismo a Barcelona, mientras la incertidumbre macroeconómica causada por la pandemia retrasará la recuperación de los segmentos hotelero, de oficinas y residencial hasta el 2022. Así pues, durante las próximas semanas, el fin de la tercera ola y la comercialización masiva de la vacuna contra la COVID-19 generará optimismo generalizado y una disminución de las restricciones, lo que a su vez conllevará múltiples movimientos en el mercado por el cierre de negocios y la apertura de otros a precios que tenderán a la normalización. Y mientras, la ciudadanía en general y el Ayuntamiento en particular han de sumar para que nuestra ciudad continúe siendo un espejo en el que el resto de capitales europeas quieran volver a mirarse.

Miquel Laborde es socio fundador de Laborde Marcet