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Margaret Tatcher

SE cumplen 30 años de la elección como Primera Ministra de Margaret Tatcher, muchos son los que han aprovechado la efeméride para cargar contra ella y su legado, aprovechando la crisis actual para afirmar que todo es culpa del mercado y de las políticas de Tatcher. Evidentemente el aniversario es una excusa de los de siempre para decir lo de toda la vida. Justo al contrario, la actual crisis pone de manifiesto que mayor regulación no equivale a menos crisis. Europa, un continente que en relación a Estados Unidos está hiperregulado sufre el vendaval financiero, la crisis económica y el aumento del paro en mayor medida que los USA.

El proteccionismo, el estado del bienestar estar y los subsidios no han evitado ni las quiebras, ni el cierre de empresas. Antes al contrario es la globalización y la liberalización de mercados y capitales el mejor antídoto contra la recesión. Así, por ejemplo, el hecho de que empresas catalanas como La Caixa, Gas Natural o Agbar puedan invertir en mercados emergentes o que su volumen de negocio sea creciente en el exterior es una garantía de tener una dependencia solo limitada del mercado español y por lo tanto una vía para garantizar la conservación de puestos de trabajo y de dividendos a los accionistas. Como bien afirma John O´Sullivan en su obra «El Presidente, el Papa y el Primera Ministra, un trío que cambio el Mundo», Margaret Tatcher es la figura política más importante del Reino Unido desde W. Churchill.

También es una de las personalidades más destacadas del mundo del último cuarto del siglo XX. Quizás el cine pseudoprogre, eso si, realizado desde Notting Hill o algún otro barrio de gente bien de Londres la pinte como destructora de comunidades mineras y opresora de los trabajadores tal como se plasma en Billy Elliot o la extensa y pobre, a la vez que rabiosa filmografía de Ken Loach, pero la realidad es que M. Tatcher sacó al Reino Unido de la crisis, convirtió a millones de británicos antes condenados al paro y al subsidio en propietarios de sus viviendas y accionistas de las empresas en las que trabajaba.

El capitalismo popular, las rebajas de impuestos y las privatizaciones hicieron algo más que cambiar la política paternalista y socialdemócrata imperante en el Reino Unido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, impulsaron la clase media en el Reino Unido y sus políticas fueron ejemplo para otros muchos países de Europa. M. Tatcher además fue valiente defensora de la democracia y de los derecho humanos, se enfrento a la Dictadura militar argentina en Las Malvinas y apoyo a R. Reagan en su lucha contra el totalitarismo soviético que invadía media Europa. Se presenta a M. Tatcher como una carca pero siendo parlamentaria, antes de acceder al Gobierno, voto por la despenalización de la homosexualidad (todo el hito en los años ´60) o la despenalización del aborto en ciertos supuestos, muy parecidos por cierto a la actual legislación vigente en España. Todo ellos no le impidió ser coherente con un programa de corte socialmente conservador cuando accedió al Gobierno.

Hoy, cuando Cataluña y España viven una crisis profunda nuestro país necesita de alguien como Margaret Tatcher, valiente, capaz de emprender reformas, ella fue una revolución, por ser la primera mujer primera ministro, por su procedencia humilde, hoy necesitamos otra revolución.

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