A las puertas del ocaso

Tenemos la inmensa fortuna de vivir en una ciudad que mira al mar, con una situación geográfica inmejorable, un clima ideal, turismo y visitantes todo el año. Esta es Barcelona. Hemos de aprovechar este activo tan valioso en todos los sentidos, crecimiento económico, entrada de divisas y creación de empleo. Pero para ello tenemos que potenciar el sector de la restauración y hotelería, así como bares, espectáculos y ocio nocturno. De todo ello, el ayuntamiento tiene la responsabilidad de ordenarlo en base a dos preceptos ineludibles: la seguridad y la limpieza.

En Barcelona tenemos excelentes profesionales del comercio y la restauración. Es necesario, entre todos, lograr la conciliación entre la economía y el descanso vecinal. La actuación (o la dejación de funciones) de Colau y Collboni está llevando a que nuestra ciudad, día a día, pierda imagen y prestigio. De hecho, 'The Economist' publicaba esta semana que Barcelona ha caído del puesto 16 al 35 en las ciudades con mayor calidad de vida. Sinceramente, no me extraña. La lista de oportunidades perdidas es interminable: Agencia Europea del Medicamento, Hermitage, Agencia Europea de Meteorología, ampliación del aeropuerto del Prat, el Four Seasons...

Barcelona ha pasado de ser la ciudad turística por excelencia a ser la ciudad de las oportunidades perdidas. El ocaso se acerca y solo podemos evitarlo si el año que viene el el Ayuntamiento cambia de color. Por eso, clama al cielo desalojar a Colau de la alcaldía, con un gobierno incapaz de trabajar en beneficio de todos los barceloneses. Mi compromiso es el de seguir luchando para que, en Barcelona, la diversión, el ocio y el descanso de los vecinos no sean incompatibles. Con voluntad política se puede conseguir.