Inmigrantes en las aulas: un año de transición
(viene de página 21)
Más allá de iniciativas legislativas, el inicio del curso escolar en Cataluña también ponde de relieve una de los rasgos significativos de la sociedad actual: el gran número de inmigrantes.
Por primera vez en años, los alumnos «no autóctonos» han sido menos que los autóctonos entre los que se incorporan por primera vez al sistema educativo. A la espera de que el proceso de regularización de inmigrantes pueda desembocar o no en una llegada masiva de escolares extranjeros, a través del proceso de legalización por arraigo familiar, lo cierto es que el número de alumnos «no autóctonos» se ha estabilizado o descendido, mientras que los autóctonos son cada vez más, por obra y gracia de otro «baby boom». Sirva como demostración el hecho de que en este curso seis pueblos de Cataluña que hacía años que no disponían de escuela o que nunca habían tenido abrieron ayer un nuevo centro docente.Se trata de los municipios de Cabanes (Girona), Vall-llóbrega (Girona), Fogars de la Selva (Girona), Sant Quirze Safaja (Barcelona), La Rápita (Lleida) y Vilaplana (Tarragona).
En cuanto a las estadísticas sobre alumnado extranjero, cabe destacar el ejemplo de la ciudad de Barcelona, donde el número de alumnos de familias inmigrantes matriculados en centros escolares de Barcelona se ha estabilizado y en el actual curso supondrán entre un 10 y un 11 por ciento del total de 237.146 escolares.
De promedio, en toda Cataluña los alumnos inmigrantes representan un 9,5 por ciento del total. En cuanto a la población en general, los inmigrantes son ya el 11,5% de los siete millones de catalanes.
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