El «halo» de la dieta Mediterránea: sus beneficios se contagian más allá de las personas que la siguen
Una investigación del Hospital del Mar descubre que la pérdida de peso ligado a una dieta Mediterránea intensiva va más allá de los pacientes que siguen un tratamiento intensivo
M. Vera
Las personas que conviven con alguien que sigue una intervención intensiva para perder peso de la mano de la dieta Mediterránea también se benefician de esta intervención. Esa es la principal conclusión de un estudio desarrollado por investigadores del Hospital del Mar de Barcelona ... difundido hoy. El trabajo, que ha analizado durante dos años el peso de 148 familiares de pacientes incluidos en un programa «intensivo» de pérdida de peso, ha analizado el «halo» de esta dieta intrinsecamente ligada a la gastrocultura española para medir su capacidad de «contagio» .
El plan de pérdida de peso del Hospital del Mar (denominado PREDIMED-Plus) consiste en un estudio «multicéntrico» basado en la dieta Mediterránea y en la promoción de la actividad física. Según la investigación, que ha publicado a revista «International Journal of Obesity», los familiares de los pacientes perdieron de media 1,25 kg de peso durante el primer año de la intervención en comparación con el entorno de los pacientes del grupo de control (aquellos que no seguían la intervención del programa). La pérdida de peso rozaba los 4 kilos en el segundo año. Estos datos eran incluso mejores en los casos en los cuales el familiar comía con el paciente y, sobre todo, cuando era el paciente a dieta quien cocinaba.
«Se produjo un efecto 'contagio', en este contexto, afortunadamente un 'contagio' beneficioso, de pérdida de peso y mejora de los hábitos dietéticos» , resalta el doctor Albert Goday, investigador principal del proyecto y jefe de sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar. Según Goday, la dieta mediterránea es la más «contagiosa» al entorno familiar. Los buenos resultados se explican, según la doctora Olga Castañer, última firmante del trabajo, por una mejora de los hábitos alimentarios, ya que no se observa el mismo efecto contagio por lo que respecta a la actividad física entre los pacientes y sus familiares. No en vano, los familiares de los pacientes mostraron un incremento de la adherencia a la dieta Mediterránea, pero no pasaba lo mismo en relación con la actividad física.
Según sus responsables, los resultados del estudio hecho en Barcelona demuestran el «efecto contagio» o «efecto halo» que tiene la dieta Mediterránea en gran parte de la población . «El efecto beneficioso de la intervención en uno de los miembros de la unidad familiar se puede extender al resto de miembros de esta unidad, hecho que es altamente relevante a la hora de reducir la carga de la obesidad sobre el sistema de salud pública», resume Goday.
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