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«Esperanto esti facila»

Hablar esperanto no es sólo manejar un idioma. Posiblemente implica pertenecer a una «familia». No se trata de mafias sino de una filosofía de vida que va más allá del empleo de una lengua y que pretende la fraternidad universal. El doctor Zamenhof, creador del esperanto hace más de un siglo, tiene hoy un millón de seguidores en todo el mundo y una librería en Barcelona.

Karles Berga cuenta con obras en esperanto en su librería, que luce la estrella en la fachada. Elena Carreras

BARCELONA. Resulta que todavía existen personas utópicas. Utópicas practicantes. Karles Berga es una de ellas. Le encontramos en la calle Padilla, junto a Aragón, justamente donde Ildefons Cerdà -otro hombre con mirada en el futuro- pensó que con los años se encontraría el centro de ... Barcelona. El tiempo le ha dado la razón al padre del Eixample y, poco a poco, la contigua Plaça de les Glòries va adquiriendo su personalidad de enclave neurálgico. Karles Berga, mientras tanto, sigue con la utopía a cuestas. La suya es el esperanto: lo habla, y lo que comenzó siendo una afición ha resultado toda una filosofía de vida. De ahí que haya pensado en centrar su negocio -la librería Clàssic de la calle Padilla-, en esta lengua.

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