Dorotea de Chopitea, la «madre de los pobres» que le puso alma a Barcelona

Ahora, coincidiendo con el bicentenario de su nacimiento, un documental recuerda la figura de Dorotea de Chopitea y reinvindica un legado en el que destacan los hospitales Sant Joan de Déu y San Rafael, el templo del Sagrado Corazón del Tibidabo así como un decena de escuelas y residencias en colaboración con jesuitas y salesianos.

El documental, una producción de la productora Media 3.14 en colaboración con la Obra Social «la Caixa» que se emitirá la semana que viene en Tv3, repasa la historia de esta mujer nacida en Chile en el seno de una familia pudiente y que, como defienden los responsables de la cinta, «contribuyó al crecimiento de la capital catalana».

«Dar simplemente limosna, que es lo que algunos creen que es la mayor caridad, es la menor de todas las formas caritativas», defendía Dorotea, a quien, señala el documental, los altercados y quema de conventos de 1835 convenció para trabajar en favor de la comunidad. «Si no se piensa en reformar la juventud obrera, no podemos esperar nada de esta sociedad», aseguraba quien fundó guarderías para los hijos de las madres obreras, talleres profesionales para enseñar un oficio a los jóvenes así como numerosos hospitales y escuelas.

Para la conductora del documental, la periodista Agnès Marquès, la labor de Chopitea fue el equivalente a las actuales ayudas sociales que presta la administración, ya que durante el siglo XIX estas no existían, y sus pasos, enmarcados en una época de cambios cambios, permiten contemplar desde una óptica diferente las grandes transformaciones sociales, urbanísticas y arquitectónicas del siglo XIX.

Conocida popularmente como «la madre de los pobres», De Chopitea creó una extensa red de apoyo a los más desfavorecidos por una revolución industrial que triplicó en poco tiempo la población de Barcelona y fundó lo que los padres salesianos consideran la primera obrea social. De hecho, el inspector de los Salesianos, el padre Cristóbal López, destaca su papel como «salesiana laica» y su «calidad humana excepcional».

Es más: tras fallecer en 1891, numerosas órdenes religiosas estuvieron de acuerdo en que había muerto como una santa, y en 1927 se inició un proceso de beatificación que aún continúa abierto. En 1983, el Papa Juan Pablo II la declaró Venerable.

Con todo, el rodaje del documental se ha debido llevar a cabo con pocos recursos de material histórico, teniendo en cuenta que se han encontrado muy pocas fotos de Dorotea y que durante el siglo XIX las técnicas audiovisuales estaban todavía en una etapa de iniciación.