Una Diada en la Monumental

Desde aquella oferta municipal de hace una década que hubiera convertido el centenario coso en sede del mercado de los Encantes, hasta el siempre insistente rumor de la mezquita, la Monumental es cierto que se ha cuidado de forma impecable. "Para volver a dar toros mañana mismo", según las palabras del recordado Jesús Rivas, cuando la plaza cumplió sus primeros cien años de vida.

Así quedó aquel triste domingo de septiembre de hace cinco años y así permanece. Mientras a su alrededor un efervescencia independentista ha ido marcando un horizonte con más sombras que luces en lo político y en lo social. Una Cataluña partida con una clase política lanzada a por su minuto de gloria. Esta Diada que, en palabras de Junqueras, será la última bajo el yugo españolista, pues la siguiente se celebrará en un país independiente. ¡Ay! Si pocos son los políticos que soportan el paso del algodón de la hemeroteca, menos que nadie estos mesías, a quienes les sale muy barato lanzar y lanzar soflamas que, visto lo visto, ni ellos mismos deben creer.

Pues en esas estamos, con el mes de septiembre avanzando a la espera de esa sentencia que llegará con al menos seis años ya de retraso, y que tal y como están las cosas a nadie le va a importar que se cumpla. Total, que haya o no toros en la Monumental no deja de ser una nimiedad, si no fuera por todo lo que significa de libertad cercenada. Al fin y al cabo, nada. Lo importante ahora no parece que sean las libertades.