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El Clínic lidera el primer programa en el mundo de detección precoz de enfermedades crónicas del hígado

El proyecto, financiado con seis millones de euros de la UE, prevé analizar el órgano en 30.000 pacientes con una sencilla máquina similar a un ecógrafo para determinar, midiendo su elasticidad, el riesgo a sufrir patología hepática

Los doctores Josep Vidal (izquierda) y Pere Ginés, junto a la paciente Mónica Ibarruela CLÍNIC

E. Armora

«El hígado es el único órgano que no se mira en los chequeos rutinarios pese a que las enfermedades hepáticas tienen una alta mortalidad, superior a la de algunos tipos de cáncer». El doctor Pere Ginés , responsable del Servicio de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona , lleva años denunciando la discriminación de este órgano en las revisiones de salud y en los planes institucionales de prevención de enfermedades. El experto atribuye esa situación a la «falta de sensibilización» con respecto a las enfermedades hepáticas , que siguen relacionándose, en muchos casos erróneamente, con el alcoholismo. Ahora, un proyecto europeo pionero, coordinado por el Hospital Clínic, pretende cambiar el paradigma del diagnostico de estas patologías.

LiverScreen , el primer programa de detección precoz que no se dirige a una enfermedad oncológica, se centra exclusivamente en la detección de enfermedades crónicas del hígado y ha recibido una subvención de seis millones de euros de la UE. Su objetivo es evaluar el potencial de una técnica de cribado no invasiva que ya se usa para analizar la gravedad de las lesiones en pacientes con patología hepática.

«Ahora, por primera vez, servirá para determinar si una persona va o no va a desarrollar patología hepática y evitarles las pruebas si no hay indicio de posible enfermedad», apunta el hepatólogo, coordinador del proyecto, en el que participan 43 hospitales y centros de investigación de España, Dinamarca, Francia, Holanda, Inglaterra, Alemania, Italia y Croacia. En total se prevé reclutar 30.000 pacientes en cinco años en la red de asistencia primaria de los citados países.

Similar a una ecografía

El procedimiento de cribado se basa en el uso de una sencilla máquina que funciona como una ecografía y que es capaz de determinar el riesgo de una persona a que su hígado enferme. Para lanzar el veredicto, el aparato mide el grado de rigidez del órgano . «Cuando un hígado está sano es flexible, si está rígido es indicativo de que hay patología porque cuando está enfermo presenta cicatrices y éstas le causan rigidez», explica Pere Ginés, que colidera el proyecto junto con el doctor Josep Vidal , del servicio de Enfermedades Digestivas y Metabólicas del hospital barcelonés. El visor de la máquina se sitúa en la zona de las costillas (detrás está el hígado) y emite una serie de ondas que atraviesan las costillas y luego el hígado.

Escala de 3 a 75

La máquina mide a qué velocidad esas ondas recorren el órgano y en función de eso determina el grado de rigidez. Después, establece baremos que dan la información sobre el riesgo que tiene el paciente de sufrir una enfermedad del hígado. «La escala va de 3 a 75. Los valores hasta 8 son normales; por encima de 8, la probabilidad de que enferme el hígado es alta y entre 18-20 son cirrosis », apunta el responsable del Servicio de Hepatología del Clínic.

La paciente Mónica Ibarruela supo hace dos años que algo en su hígado no iba bien. Se sometió a la prueba y le diagnosticaron inflamación en el hígado. Ahora está siguiendo una dieta marcada por los especialistas y agradece el diagnóstico. « Creía erróneamente que yo estaba libre de estas enfermedades porque no tomaba alcohol, aunque luego me explicaron que también se asocia a la obesidad», explica Mónica.

Su incidencia aumentará por la obesidad

Las enfermedades hepáticas crónicas, en especial la cirrosis y el cáncer de hígado , tienen una elevada mortalidad en todo el mundo y se prevé que haya un aumento importante de pacientes con estas enfermedades en un futuro próximo debido a las actuales epidemias de obesidad y diabetes. En estadios prematuros, estas patologías son asintomáticas y, por tanto, la mayoría de pacientes se diagnostican en estadios avanzados, cuando tienen un peor pronóstico, tanto en cuanto a la supervivencia, como la calidad de vida.

Aunque la cirrosis por causa de la hepatitis C está disminuyendo en todo el mundo gracias al uso de los nuevos fármacos antivirales, la prevalencia de la cirrosis debida al consumo de alcohol y, sobre todo, el hígado graso no alcohólico está aumentando en todo Europa y el mundo.

El proyecto no parte de cero

El proyecto LiverScreen no parte de cero. Dos estudios liderados por el profesor Ginés ya han puesto de manifiesto que la elastografía hepática, una técnica no invasiva para medir la rigidez del hígado, es una estrategia eficaz y rentable en la detección precoz de la enfermedad hepática crónica.

En el primer estudio, en colaboración con la USR Metropolitana Norte-IDIAP Jordi Gol del Instituto Catalán de la Salud , evaluaron a más de 3.000 personas del área metropolitana de Barcelona. Se vio que cerca de un 4 por ciento tenían una enfermedad hepática avanzada sin diagnosticar con riesgo de convertirse en cirrosis o cáncer de hígado.

En el segundo estudio, los investigadores incluyeron 6.295 participantes de seis países diferentes (Francia, España, Dinamarca, Reino Unido, Alemania y Hong Kong) que habían participado en siete estudios prospectivos independientes realizados con anterioridad. El estudio demostró que la detección de fibrosis hepática con algoritmos optimizados es una intervención de salud pública altamente rentable, especialmente en las primeras etapas de fibrosis.

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