Chema Alvargonzález y Víctor Franco, investigación y belleza en la Metrònom
Platón marginó al Arte de cualquier pretensión de conocimiento. En el Renacimiento se lo convirtió en una ciencia. Pero ahora Ciencia y Arte siguen senderos paralelos...
BARCELONA. La realidad es como un sueño indefinible para la Ciencia y el Arte. Víctor Franco Puntes (Barcelona, 1970) es doctor en Física en Estado Sólido y docente en la Universidad de Barcelona. Chema Alvargonzález es Artista natural de Jerez de la Frontera (1960), con ... un taller de operaciones a dos bandas:Berlín y Barcelona. El primero investiga la síntesis de nanopartículas. Para ello debe hacer uso de potentes microscopios y analizar las claves de la existencia en estructuras orgánicas más pequeñas que un átomo. Su ojo no sólo le ha permitido investigar sino que además le ha sumergido en una de las muchas vías de manifestación de la Poesía, del Arte.
El segundo sigue una línea de trabajo interdisciplinar en la que aborda el tema de la luz, las formas de representación, la arquitectura y el urbanismo. En sus obra tiene en cuenta, muy a menudo, la investigación científica.
Físico y artista coinciden en la sala Metrónom, donde presentan sus respectivas aportaciones. El espacio barcelonés está prosiguiendo con su ciclo expositivo dedicado a enlazar las dos vías del conocimiento, el Arte y la Ciencia.
De la Ciencia al Arte
Franco Puntes propone una mirada al mundo microscópico, dividido en tres apartados formales: audiovisual, fotografía e instalación. Los dos primeros apartados de su «Paseo por nanolandia» invitan al espectador a viajar entre las nanopartículas y a detenerse en sus construcciones. El mensaje estético que Franco Puntes anota es que en estas partículas tan pequeñas descansan los niveles más elementales -hasta ahora conocidos- de estructuración de la naturaleza, idea que lleva implícita que son las unidades básicas de la existencia, y con eso, de la música, las matemáticas, la conciencia... La base misma del conocimiento.
Si el científico articula su discurso en base a las fuentes materiales del intelecto, Alvargonzález retoma las viejas investigaciones socráticas acerca de la naturaleza del alma y une científicos y artistas para demostrar su existencia y su compuesto material: el Almatino. La muestra quiere ser una presentación de resultados, con esquemas, modelos corpóreos y almas lumínicas. ¡Quién le hubiera dicho a Platón que, después de 2500 años, los artistas argumentarían la existencia del alma!
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