Casarse con un español no es igual a integración

El estudio revela, entre otras cosas, que las relaciones de las parejas entre nativos e inmigrantes son segmentadas y multidireccionales , mientras que como datos positivos se destaca el aprendizaje de las lenguas o la expansión de las redes personales.

El grado de integración, según constata este trabajo, varía según el país de origen del miembro inmigrante , la clase social o el género. Esta realidad no implica necesariamente la erradicación de las divisiones étnicas-culturales, así como tampoco las actitudes negativas o discriminatorias hacia otros grupos, lo que dificulta la inclusión y la cohesión social .

Asimismo, se constata que hay actitudes de rechazo social hacia la formación del inmigrante, sobre todo si pertenece a un grupo de un estatus «bajo» por la interpretación negativa de su origen o cultura, como la equivalencia de musulmanes y terrorismo o africanos y pobreza, informa Efe. Esta circunstancia se da principalmente entre personas procedentes de países musulmanes o del sureste asiático, principalmente de Marruecos y Pakistán , y también existen prejuicios y actitudes discriminatorias dentro de las mismas parejas mixtas en relación con otros grupos.

Sobre la categorización social de los hijos, la investigación constata que los identificados como miembros de un grupo «visible minorizado» o «desprestigiado» en base a su color de piel, acento o indumentaria sufren más discriminación que los hijos del fenotipo «blanco» o europeo. Esto, se explica en el estudio, puede afectar a la integración de los hijos y a su integración social, pudiendo generar una disonancia identitaria o identidades «reactivas», condicionando «negativamente» al sentimiento de pertenencia o un rechazo al origen del padre o la madre.

La investigación también revela que, pese al creciente número de parejas mixtas, la incidencia es desigual según la procedencia de las personas inmigradas, habiendo colectivos más exógamos , como los de República Dominicana, o más endogámicos, como los de la China, Rumanía o Pakistán.

Sobre la diferencia entre sexos, el estudio constata que en las parejas mixtas hay más mujeres que hombres extranjeros, mientras que destacan prejuicios y estereotipos a la hora de elegir cónyuge extranjero, como el carácter «dulce» de las mujeres asiáticas o de la Europa del Este , o la «hipersexualidad» del Caribe .

Asimismo, las mujeres, particularmente pakistaníes, no se unen prácticamente con hombres españoles por factores como la religión o la cultura, mientras que las relaciones entre parejas extranjeras residentes en España provienen de países geográficamente cercanos, como Marruecos y Argelia o Senegal y Guinea .

«Ahora tenemos una foto más precisa sobre la integración social de las uniones mixtas en nuestro país, y en un futuro próximo profundizaremos aún más en el estudio de los hijos de estas familias dado que desarrollan nuevas identidades, prácticas y formas de convivir y de interactuar con la diferencia», apunta Rodríguez .

Los investigadores han llevado a cabo el estudio entre 100 parejas mixtas y endógenas residentes en Cataluña de siete colectivos inmigrantes diferentes, y también se han realizado entrevistas a 50 hijos adolescentes y jóvenes de entre 13 y 33 años de este tipo de parejas.