Barcelona prohíbe por completo la prostitución callejera

El veto total a la presencia de meretrices en la calle es una demanda histórica del PP, que siempre ha defendido que la regulación que se estableció en la ordenanza de Civismo (2006) se quedaba corta. Hasta ahora, la normativa implicaba ciertas limitaciones a la presencia de prostitutas, como la proximidad a 200 metros de colegios o la incompatibilidad con otras actividades, unas salvedades que ahora, por extensión, quedarán sin efecto.

También queda anulado el aviso previo antes de la sanción, con objeto especialmente de poder peseguir con más eficacia a los clientes. Se estima que la nueva prohibición entrará en vigor este verano.

El primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn, defendió el «claro compromiso» de Barcelona para erradicar esta práctica, y explicó que se priorizarán los instrumentos para actuar con más firmeza contra los clientes, por lo que se encarecerán las sanciones y se eliminará el aviso previo. Forn, recoge Ep, explicó que el Consistorio basa su estrategia en tres prioridades: la aplicación estricta de la ordenanza, la coordinación policial en la lucha contra las redes de prostitución, y el trabajo con la Agencia para el Abordaje Integral de Trabajo Sexual (Abits). La concejal portavoz del PP Àngels Esteller destacó que la remodelación de la ordenanza es necesaria para acabar con la «ambigüedad» de la actual.

Los partidos de izquierda —PSC, ICV, UxB— votaron en contra, alegando que no se puede regular con una normativa de ámbito municipal cuando todavía no existe una ley estatal que lo haga. Las tres formaciones consideraron que mientras no sea así, la normativa, de la que dudan además de su estricta aplicación, no hará más que trasladas el fenómenos a otros municipios o a los prostíbulos.