La apuesta por la unilateralidad confronta a Junts y ERC
El independentismo afronta divido el curso político
Forcadell, en el momento de salir de prisión tras los indultos
Ambos partidos forman parte del gobierno de la Generalitat, pero su estrategia y lenguaje cada vez divergen más. Esquerra Republicana y Junts afrontan el próximo curso político, que arrancará con la manifestación de la Diada y la celebración de la primera reunión de la mesa ... de diálogo entre Generalitat y Gobierno, enfrascados en un juego dialéctico –de momento sin mayores consecuencias– sobre cuestiones nucleares para la estrategia independentista. Por un lado la oportunidad de seguir brindando apoyo al Ejecutivo de Pedro Sánchez, y por otro el recurso de la unilateralidad .
Aunque solo sea de forma retórica, en Junts este fin de semana se llegaba a plantear la necesidad de «desequilibrar» al Estado para que desde la « debilidad » acepte negociar, una retórica incendiaria que por otra parte es compatible con que el vicepresidente Jordi Puigneró (Junts) haya pactado con el Gobierno la inversión en el Aeropuerto. De lo que se trata es de marcar distancia con ERC y seguir alimentando las fantasías de su electorado , como hizo el propio Puigneró asegurando que el independentismo no puede renunciar a la unilateralidad.
La diferente estrategia entre unos y otros quedó reflejada ayer cuando la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, una de las condenadas de la causa del proceso independentista de 2017 y después indultada por el Gobierno, apostó con claridad por explorar las posibilidades de la mesa de diálogo y pidió dejar la unilateralidad para «más adelante» . Así se pronunció en Catalunya Ràdio en respuesta a Puigneró: «El tema de la unilateralidad, hablemos de ello más adelante. A ver qué pasa con la mesa de diálogo, es el momento de la mesa de diálogo».
Según Forcadell, el independentismo no puede renunciar a la bandera del diálogo, y que apostar ahora por el choque como en octubre de 2017 seguiría siendo un camino a ninguna parte :«Si hacemos lo mismo, pasaría lo mismo. Hay que hacer algo diferente».
La postura de Forcadell es coherente con el giro dado por ERC, que en su intención de presentarse como un partido de gobierno y asumir el rol de la vieja Convergència, proclamó antes del verano, poco antes de la concesión de los indultos, una renuncia, aunque fuese táctica y coyuntural, a la ruptura por la vía unilateral. El propio presidente Pere Aragonès evitaba responder a Puigneró y sobre la unilateralidad fintaba explicando que «es lógico que haya muchas propuestas» pero que de lo que se trata es de centrarse en los consensos que hay dentro del independentismo.
La posición aparentemente pragmática de ERC no impide que se siga, en un grado menor que Junts, proclamando cuáles son los objetivos a arrancar al Gobierno en la mesa de diálogo: referéndum y la amnistía «que acabe con la represión ».