Pasaportes sanitarios: la llave de la normalidad

Las características de la transmisión del contagio de la Covid-19 ha hecho que las medidas de contención sanitaria se hayan centrado desde el comienzo de la pandemia en reforzar el distanciamiento social y reducir al máximo los movimientos, siendo el sector de la movilidad uno de los más afectados por estas prevenciones.

Ahora, encaramos el verano con un optimismo renovado por la progresiva retirada de las medidas de contención de la pandemia. Para ayudar a esta retirada, las autoridades europeas están ultimando la aprobación del pasaporte verde europeo, un documento sanitario que permita registrar el estado de la vacunación de la persona, así como las pruebas negativas que se haya realizado para viajar.

Estos esfuerzos están siendo realizados también por el sector privado. Hace poco más de un año, cuando los organizadores del Mobile World Congress (MWC) decidieron cancelar el evento en Barcelona, se levantaron muchas voces en contra. Poco tiempo después nadie dudaba de su acierto y la cancelación supuso todo un ejemplo de responsabilidad.

Para la edición de este año, el Mobile planea reunir a 50.000 asistentes en apenas cuatro días a finales de junio, algo que hasta hace bien poco parecía imposible. La llave para esta vuelta a la presencialidad será un pasaporte sanitario, que monitorizará los datos de las pruebas de PCR o antígenos negativos que los asistentes se hayan hecho al menos 72 horas antes de la asistencia.

De este modo, la celebración de FITUR y con la mirada puesta en el MWC abre la puerta a la celebración de grandes eventos como ferias internacionales en España, lo cual debe ser celebrado, pero con cautela. No hay que olvidar que la asistencia esperada en el MWC será alrededor de la mitad que en anteriores ediciones y que tan solo es la luz al final de un túnel al que le queda mucho camino por recorrer.

Durante este año de reflexión hemos constatado que la facilidad con la que se viajaba había llegado a convertir los viajes por trabajo en una actividad demasiado cotidiana. Antes de la pandemia se hacían muchos viajes cortos, de apenas unas horas para reuniones muy puntuales. Esto no va a volver a corto plazo. Las dinámicas de teletrabajo y videoconferencias, aunque no serán eternas, se han asentado definitivamente en el tejido empresarial, por lo que estimamos que el volumen de viajes no se recuperará en las cifras que conocíamos antes de 3 años, como mínimo.

En este nuevo escenario, prevemos una mayor racionalización de los viajes, más complejidad organizativa o un aprovechamiento más intenso de las estancias. Estas dinámicas se pueden constatar ya: en el primer trimestre de 2021, en aparca&go, hemos registrado un incremento de un 40% en la estancia media de los usuarios, que se sitúa ahora en 5 días.

Por otro lado, en el ámbito de los viajes de ocio, las últimas semanas nos han demostrado que la población tiene muchas ganas de salir como consecuencia del agotamiento mental después de este duro año.

Paradójicamente, en el ocio quizás se vaya a dar la situación inversa a la de los viajes de negocios: menor racionalización y más contratación de última hora “adonde sea”, en función de los datos epidemiológicos, el tiempo o el componente económico.

Traducido al sector, esto nos exigirá dar un servicio más flexible y con mayor valor añadido. Aunque recuperemos la movilidad en condiciones similares a tiempos pre pandémicos, los cambios en las preferencias de los usuarios seguirán ahí y evolucionarán en este sentido, por lo que hay que estar preparados para ofrecerles el paraguas que necesitan.