El vicepresidente de Societat Civil denuncia al presidente del Colegio de Médicos por discriminación ideológica con agravante de odio
El facultativo y miembro de la entidad constitucionalista considera que su implicación en la asociación fue la razón fundamental de su despido: «Fue una represalia política»
«La gente tiene muchas ganas de salir a la calle para decir ¡basta!»
Barcelona
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Iniciar sesiónEl médico y vicepresidente de Societat Civil Catalana (SCC), Álex Ramos, ha denunciado a Jaume Padrós, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, por los delitos de acoso laboral, coacciones y discriminación ideológica con agravante de odio. El número dos de ... la asociación cívica catalana en favor de la Constitución, que trabajaba en el Colegio de Médicos, fue despedido en 2020 tras varios años de «aislamiento profesional» que empezaron, según Ramos, cuando se involucró en la entidad que hizo frente al independentismo, sobre todo, en 2017.
Según han informado el Sindicato Médico de Cataluña (Simecat), entidad que se ha sumado a la denuncia contra Padrós, y el propio Ramos, que también han presentado la denuncia en los Juzgados contra el ex director general corporativo del Colegio de Médicos, Marc Soler, que fue quien le comunicó el cese de sus funciones profesionales en 2020, el despido fue «una represalia política» tras una estrategia de «erosión» y «acoso» que habría empezado en 2018 motivada, principalmente, por cuestiones políticas ya que el Colegio de Médicos se posicionó a favor de la posición de la Generalitat tras el referéndum independentista ilegal.
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Ramos desempeñó labores profesionales en el Colegio de Médicos durante 30 años, ocupando primero el puesto de jefe de Estudios y, posteriormente, el de director del Centro de Estudios Colegiales, y ha defendido que «durante esas tres décadas» tuvo a su cargo «un equipo administrativo», impulsó «incontables proyectos de formación continuada, de acreditación de la formación y de buena praxis médica, que repercutieron en resultados institucionales y económicos positivos para el Colegio», obteniendo «excedentes que revertían en becas y ayudas para los colegiados».
Sin embargo, el 14 de octubre de 2020, Ramos recibió una carta de Soler con la que le informaban de la finalización de la relación contractual que, en opinión del demandante, fue «unilateral e injustificada». Fue el final de una situación que Ramos sitúa como punto de partida en marzo de 2018, cuando «sin comunicación formal» se le aisló profesionalmente dentro del organismo colegial sometiéndole a «un hostigamiento sistemático», al progresivo «vaciado» de sus funciones, al «nulo acceso» a su antiguo equipo y, finalmente, al «despido fulminante, sin argumentos profesionales o económicos que justificaran la decisión».
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Durante este tiempo, el médico y miembro de la cúpula de SCC desde los inicios de la entidad, «experimentó una fuerte afectación en su estado de ánimo y salud mental que requirió tratamiento clínico y apoyo psicoterapéutico» y tuvo conocimiento, «por referencias de trabajadores y miembros» del Colegio de Médicos, de que en la Junta Directiva de la entidad se emitieron «comentarios despectivos y de clara carga ideológica» contra él. Por ejemplo, se habría oído decir: «Tenemos al enemigo en casa», en alusión a la vinculación de Ramos con Societat Civil, mientras el Colegio de Médicos se posicionaba políticamente junto al Govern catalán.
Este es el punto clave que argumentan Ramos y el sindicato de médicos en su denuncia. El Colegio de Médicos de Barcelona se posicionó a favor del referéndum de secesión ilegal y en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, lo que supuso un cisma en el seno de la entidad, incluso con la recogida de firmas de facultativos para que se reconsiderase la posición oficial del Colegio. La tensión fue tal que, según Ramos, Soler le habría manifestado por aquellas fechas la incomodidad de la dirección general del Colegio de Médicos por su participación en SCC.
En 2019, se produjo un acto de conciliación a petición de Ramos en el órgano de mediación laboral de la Generalitat de Cataluña con el propósito de revertir la situación que le mantenía apartado de sus funciones, pero este movimiento solo hizo que intensificar «el acoso» contra él, «poniéndole [el Colegio] un detective privado para tratar de imputarle incumplimientos laborales». Simecat ha reclamado al Colegio de Médicos que practique la neutralidad política, revierta lo que considera «un plan orquestado» para expulsar a Ramos del Colegio de Médicos «por razones fundamentalmente ideológicas» y respete «la libertad profesional».
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