Una vecina de Barcelona denuncia la situación que vive el barrio del Raval por las drogas: «Los abuelos no pueden salir a la calle»

Para conocer la realidad de allí LaSexta se adentró en este barrio. El periodista Jalis de la Serna, uno de los reporteros más populares de la cadena, ha estrenado esta semana, junto a Zazza El Italiano, 'Apatrullando', un programa al estilo del 'Callejeros' que lo llevó a la fama pero visitando, en este caso, zonas conflictivas.

En su primer programa, este pasado martes, De la Serna paseó por el Raval, pero también las zonas de Lavapiés (Madrid) y San Francisco (Bilbao) y habló con sus vecinos. Una de las escenas que se recordarán seguramente de esta primera emisión, que por cierto arrasó en número de espectadores, es lo que vivió De la Serna en el centro de Barcelona.

En el Raval, el presentador paseó por los aledaños de la Rambla del Raval, en unas callejuelas en las que un testimonio dejaba claro que siempre había «robos y putas». 'Apatrullando' mostró imágenes en las que se veían varios indigentes viviendo en la calle y drogadictos deambulando como si nada por allí.

Además, estuvo hablando con varios de ellos, que acuden a la narcosala del Baluard y poco después acabó departiendo con un grupo de vecinos, que quiso denunciar ante las cámaras lo que viven a diario. «El barrio del Raval está destruido, ya no existe», aseguró Maite, una vecina que se vio interpelada por uno de los usuarios de la narcosala, que chocó con su opinión.

«No puede saber más del Raval que nosotros porque nosotros vivimos día a día y noche a noche», comentó con un tono enfadado el hombre. Ella se apartó indignada porque la habían interrumpido y poco después, ya más calmada, acabó hablando más con De la Serna y detallando el difícil día a día que vive allí.

Así, la mujer especificó que «estos señores es lo que tenemos todos los días, 24 horas, 7 días a la semana, los 12 meses del año». «Los abuelos no pueden salir a la calle a disfrutar del sol, ni los niños no pueden ir a las plazoletas», confesó. «Esto que ustedes ven es el Raval puro y duro. Yo nací aquí y el Raval no era esto ni por casualidad», apuntó ella, antes de verse interrumpida por un coche de la Guardia Urbana con la sirena a todo volumen.

«Yo me he criado en la calle jugando en la calle con mis amigas de la calle y hoy en día en la calle no se puede salir, y ya no los niños ni los adolescentes...», remarcó ella, que señala a la «droga» como culpable de todo. «Un barrio inmaculado que quedó en el 92 en las Olimpiadas. Se acabaron las Olimpiadas y empezó la degradación y para rematarlo colocaron la sala del Baluard. Era un barrio maravilloso», sentenció Maite.