Los últimos mensajes de Janet Jumillas: «Mi ex me ha vuelto a amenazar y no me quiere pagar la gente»

ASESINATO EN CORNELLÀ EN 2019

El cadáver de la mujer, de 39 años, apareció en una zanja de El Prat dos meses y medio después de su desaparición

La Fiscalía pide 19 años de cárcel para el acusado de matar a Janet Jumillas

Aitor, el acusado de matar a Janet Jumillas, durante el juicio en la Audiencia de Barcelona ABC

Elena Burés

Barcelona

Disección de la vida de Janet Jumillas con la declaración de varios testigos en el juicio contra el acusado de asesinarla, Aitor G. .Madre de dos hijos pequeños, desapareció sin dejar rastro el 13 de marzo de 2019. Había cogido el coche para ... realizar unos trámites en una oficina de Hacienda en Cornellà de Llobregat (Barcelona). Tras aparcar, mandó un mensaje a su sobrino. Le dijo que en media hora volvería a casa, en el cercano municipio de Viladecans, pero nadie volvió a verla.

Fueron operarios de la limpieza quienes localizaron su cadáver dos meses y medio después, enterrado en una zanja de El Prat (Barcelona). Días antes, los Mossos d'Esquadra ya habían detenido a un sospechoso: Aitor G., tras incurrir éste en contradicciones durante su declaración. Negó haber quedado con ella en su domicilio el día de su desaparición -algo que demostraba su historial telefónico-, y los investigadores lo descubrieron deshaciéndose de objetos de la víctima en un contenedor. Entre estos, sus gafas.

No tenían una relación sentimental pero, según ha declarado este lunes otro de los entonces detenidos como presunto encubridor, Aitor compraba marihuana a la víctima. En calidad de testigo, Cristian, por aquella época amigo del acusado, ha indicado que, pese a que lo ayudó a bajar de su piso varias bolsas de basura -el 21 de marzo-, él no tiró nada. «Bajé, me dijo que esperase en la puerta del coche, cogió las bolsas, y me metí en el coche», ha detallado.

Ante el tribunal del jurado de la Audiencia de Barcelona, Cristian ha explicado que al día siguiente de la desaparición no fue a trabajar porque tanto él como Aitor y la novia de éste, Elisabeth, habían consumido marihuana, cocaína y alcohol y se encontraban mal, por lo que los tres se quedaron «durmiendo» en el piso del acusado, en Cornellà. Vivienda que los Mossos sitúan con escenario del asesinato, donde encontraron sangre de Janet.

Móvil del crimen

El móvil sería un desencuentro entre Aitor y la víctima, relacionado con una posible deuda del trapicheo. Otro de los testigos, un amigo de la mujer, ha asegurado ante la sala que Janet vendía marihuana y cocaína, para ganar algún dinero y poder llegar así a fin de mes, y mantener a sus dos hijos. Más allegados han apuntado que fumaba hierba de vez en cuando, pero «de forma terapéutica» por los dolores de huesos que sufría.

Por aquella época, Janet ejercía de canguro de la hija de una amiga. El padre de su niña, que residía en Jaén, la había maltratado y ella llegó a denunciarlo tras un episodio en que amenazó con tirarla por la ventana, ha explicado Diego, uno de sus hermanos. «Era un hombre violento», ha apuntado.

En Viladecans, Janet vivía junto a otro de sus hermanos, Paco, quien, según otro de los testigos, era consumidor habitual de cocaína. «Dependía de ella», ha relatado la amiga, de cuya hija cuidaba Jumillas.

Otra de sus allegadas, con la que pasó un rato la tarde previa a la desaparición, ha relatado que, pese a no haberlo visto nunca antes, aquel día Aitor pasó por el piso de la víctima. «Estábamos ella, mi pareja, sus hijos y yo en su casa. La abrazó, le dijo: 'mañana te enseño eso, ¿sabes dónde es?, ella respondió: 'sí, sí, te veo mañana' », ha relatado, tras corroborar que Janet trapicheaba «para ganar algo de dinero, pero nada a gran escala».

En uno de los mensajes que Jumillas envió a un conocido días antes de ser asesinada, puede leerse: «Mi ex me ha vuelto a amenazar y no me quiere pagar la gente. He perdido dinero y no podía pagar las cosas».

Tras separarse, fijó su residencia en Badajoz y luego se trasladó a Viladecans, donde también vivían sus padres. Su hermano Paco dependía de ella, y también sus dos críos. «Económicamente no estaba bien, yo además de pagarle por sus servicios [de canguro] la ayudaba en lo que podía», ha indicado una de sus amigas, que en los últimos tiempos se preocupó por «el estrés y la carga emocional» de Janet.

La Fiscalía pide para el acusado 19 de años de prisión por un asesinato con alevosía. El juicio continuará este martes, con la declaración de más testigos,. La previsión es que Aitor G. lo haga el jueves.

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