SEGUNDO JUICIO
El tuitero que instó al 'bullying' contra la menor de Canet se considera «víctima de la crispación» del 'procés'
Segundo juicio por el acoso en redes a la familia que consiguió la aplicación del 25% del castellano en el centro Turó del Drac
Dos años de prisión para uno de los tuiteros que amenazó a la familia de Canet que logró el 25% de castellano
La familia que logró el 25% de castellano en una escuela de Canet: «Pedían apedrear nuestra casa, aislar a nuestra hija y hacerle 'bullying'»
Barcelona
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Iniciar sesiónSegundo juicio por el acoso en redes sociales a la familia de Canet que consiguió la aplicación del 25% de castellano en la escuela de su hija. Este martes se ha sentado en el banquillo de la Audiencia de Barcelona Carles F., ... acusado de hostigarlos al haber publicado en apunte en Twitter que rezaba: «Lo siento mucho por el niño, pero le deberían hacer 'bullying' hasta que se largue». Se trata de un mensaje que, junto a muchos otros, el padre de la menor, Javier Pulido, aportó ante los Mossos d'Esquadra en la denuncia que formalizó en diciembre de 2021, después de que el centro informase a los padres del cambio en su política lingüística, ordenado por los tribunales, y que dicha decisión generase una oleada de amenazas tanto hacia los progenitores como hacia la pequeña, a quien instaban a aislar en clase.
Primero, tal y como han relatado ambos progenitores durante su declaración como testigos, en un chat del aula de su propia hija. Después, los mensajes se extendieron por redes sociales. Algunos pedían identificarlos con nombres y apellidos, así como su domicilio, y acosarlos hasta que decidiesen abandonar el pueblo. Una vez se reveló su identidad, se extendieron publicaciones que llamaban a apedrear su casa, y a hacer 'bullying' a la menor. Eso último fue lo que pidió este acusado, un vecino de Hospitalet quien, ante el tribunal de la Sección 8ª -que no ha permitido tomar imágenes de la sala-, ha asegurado ser «víctima de la crispación» del 'procés'. Así, enmarcó el «contexto» de sus palabras en un «debate incendiario sobre la normalización lingüística» en Cataluña, y sobre la «imposición» del 25 % del castellano.
«Veníamos de 2017 [el referéndum del 1-O], de la sentencia del 'procés' [en 2019], fuimos un poco víctimas de la crispación», ha justificado, para aclarar que, con su publicación «no hubo intención de hacer daño». «La intención no era que se persiguiese al niño [la menor es niña, pero en un principio no se sabía], sino que lo pusiesen en una clase y le diesen a él el castellano. No que le hagan nada malo», ha apuntado, admitiendo, sin darse cuenta, que sí pedía aislar a la pequeña.
Fue tras una llamada de la Policía catalana, que trataba de verificar que él era quien se encontraba tras el perfil en redes que publicó el tuit, cuando, según el acusado, comenzó a buscar información sobre el caso, y así supo que se refería a una escuela de Canet de Mar. Hasta entonces, siempre según su declaración, no tenía datos «reales» sobre la familia. La alerta de los Mossos le llevó a borrar el escrito, pero en ningún caso se retractó y tampoco pidió perdón. Igual que no ha hecho esta mañana, ni en su derecho a la última palabra -del que no ha hecho uso-, pese a haber escuchado el testimonio de los padres, que han vuelto a relatar el calvario al que se vieron sometidos tras conseguir la aplicación del 25% del castellano en la escuela de su hija.
Tanto Pulido como su mujer estuvieron de baja médica y necesitaron atención psicológica por el acoso al que se vieron sometidos. Tuvieron miedo, ansiedad y pesadillas. Un cuadro que persistía, según ha certificado el forense, dos años después de los hechos. Es más, según ha apuntado este martes la progenitora, aún a día de hoy no deja a su hija en el comedor del colegio por miedo a que pueda pasarle algo. «Y no la he quitado de la escuela porque [la escolarización] es obligatoria», ha apostillado, visiblemente afectada. Y es que, con estos dos juicios por el acoso al que los sometieron en redes, han vuelto a revivir el ostracismo al que los sometieron -perdieron amigos, la gente les giraba la cara en la calle- y también el miedo que tuvieron a ser agredidos. Un riesgo que los Mossos consideraron real, ya que les pusieron escolta.
Ahora, después de que la semana pasada la Audiencia de Barcelona condenase a dos años de prisión a otro tuitero por acosar a la familia, este acusado se enfrenta a una petición de entre dos años, por parte de la Fiscalía, por un delito contra la integridad moral, y seis años, que es lo que pide la acusación particular, al considerar que incurrió también un un delito de odio. Por su parte, su defensa pide su absolución al considerar que su publicación se enmarca en la libertad de expresión y en un debate político. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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