Sònia Hernández, consejera de Cultura: «La literatura en castellano hecha en Cataluña es cultura catalana»
La consejera expone en el Círculo del Liceo el programa de su departamento, condicionado por la ausencia de presupuestos
Artículos de Sergi Doria en ABC

Sònia Hernández desgrana en el Círculo del Liceo el programa de Cultura del gobierno Illa. Para romper el hielo, el desiderátum compartido por la industria cultural: alcanzar el 2 por ciento de los presupuestos de la Generalitat que ahora no pasa del uno y medio. La consejera lo asume como «un reto de este mandato»; asegura que trabaja en ello «de la mano del presidente y de los sectores culturales». El optimismo de la voluntad choca contra el muro de la realidad. Mientras no haya presupuestos, el anhelado 2 por ciento no podrá ejecutarse.
Si hacemos abstracción del hándicap presupuestario podemos seguir a la consejera Hernández en los cinco ejes de su programa de actuación. Garantizar los derechos culturales, «que la Cultura y la Educación vayan de la mano». Consolidar el sistema cultural con un Plan de Equipamientos Culturales. Impulsar la creación artística, tanto de los artistas emergentes como en los nombres ya consagrados: «Como el Panteón de los franceses», apunta Hernández. Valorar el patrimonio. Promocionar la cultura digital y audiovisual.
La consejera ilustra con ejemplos esos ejes programáticos. La ampliación del MNAC y renovación de su discurso museológico con el arte catalán de las vanguardias y la posguerra debe estar lista para el centenario de la Exposición de 1929. El 'hub' audiovisual de las Tres Chimeneas reactivará la zona del Besós. La Foneria dels Canons en la Rambla dedicada a las artes digitales conectará con otros proyectos como la Casa de las Letras en el palacio Requesens y las reformas de la Biblioteca de Catalunya y su degradado entorno del hospital de la Santa Creu.
Los presentes inquieren sobre la tan necesaria y tantas veces aplazada Ley de Mecenazgo. Responde Hernández que la consejería de Economía está en ello, aunque esa ley depende también del gobierno Sánchez.
Suena bien la consejera al afirmar que «hay que separar la cultura del tacticismo político» y no recae en el discurso apocalíptico sobre la lengua catalana: «El catalán está en una situación delicada pero no es la misma en todas partes. No está todo perdido», advierte. Preguntamos si Barcelona dejará escapar el protagonismo de ser la capital del boom latinoamericano y del libro en español: «La literatura em castellano hecha en Cataluña es cultura catalana», contesta una «cristalina» Sònia Hernández.
La consejera trabaja con el ministerio de Cultura en la adquisición de fondos de autores catalanes en lengua castellana que son también patrimonio de Cataluña. Si hubiera presupuestos, de momento no lo parece, si el gobierno Illa no dependiera de las mayorías con Esquerra y Comunes las explicaciones de la consejera de Cultura transitarían del optimismo a la realidad.
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