Votaremos por el marroquí que roba

En las encuestas que se hacen para no publicar las distintas administraciones –encuestas sobre la intención de voto al Parlament– Vox está a punto de superar a los populares, que por mucho que desnaturalicen su discurso para extremarlo, no son creíbles allí donde los de Abascal ganan terreno. Por cierto que en estas encuestas, las fugas de voto de Vox no son hacia el PP sino hacia Aliança Catalana.

«De todos modos», reflexiona el alcalde de Badalona, «el tema de las siguientes elecciones, tanto en Cataluña como en el conjunto de España, no va a ser el catalán, ni lo catalán, ni el debate por así decir 'nacional', sino la inmigración, la inseguridad y la multirreincidencia. Ahí es donde apuntan los partidos que crecen. Fíjate que Vox no habla del catalán, ni Aliança de la independencia. Si les preguntan tienen su discurso, y es un discurso claro, pero no es su tema. Su tema es que están hartos de que el marroquí les atraque y no pase nada«.

Sobre el racismo de fondo que puede haber en estos planteamientos Albiol remarca la diferencia de España con países como Bélgica, Francia o Alemania. «En estos países la inmigración está asentada, tienen una tradición migrante de dos o tres generaciones, llegaron antes, se han implantado y han provocado un cambio de costumbres, un cambio real del país que ha causado un racismo por el hecho de ser inmigrante, con los conflictos y los discursos de mayor crudeza que ello genera«. »En cambio en España«, continúa Albiol, »el odio no es al inmigrante por ser inmigrante, el odio no es al marroquí por ser de Marruecos sino porque te ha robado. El problema en España es la inseguridad que causa la multirreincidencia, es decir, la impunidad«.

Según el alcalde de Badalona, que fue uno de los primeros en detectar y denunciar estos problemas, y fue acusado de racista por decir cosas que hoy están en el centro del debate público, la solución es española pero no sólo española. «Si Europa no establece una política más rigurosa sobre el control de quién entra, en 30-40 años no la reconoceremos. Si Europa no reacciona y controla qué personas entran, acabaremos mal, basta ver lo que está pasando en Francia«.

Albiol tiene mayoría absoluta en Badalona, donde Vox no llega ni al 1% de los votos, y Junts, que tenía el 6%, cayó al 4 y quedó fuera. La sensación, le digo, es que en las ciudades o comunidades en que el PP se expresa con suficiente claridad, sus votantes no necesitan votar a Vox, como igualmente sucede con la presidenta Ayuso o el alcalde Almeida en Madrid. «Nosotros», refiriéndose a su partido, «no podemos decir que hay que hundir el Open Arms, aunque tengamos nuestra opinión sobre el peligro de la función que lleva a cabo, y durante algún tiempo hemos tenido un discurso acomplejado sobre algunos asuntos», reconoce el alcalde, «pero no sólo nosotros. Europa es un continente acomplejado por su historia, por sus guerras, por sus matanzas, donde determinados temas son muy sensibles y limitan con episodios de muy triste recuerdo. Este acomplejamiento lógico, que yo entiendo, es el que aprovecha la extrema derecha para subir como la espuma, sobre todo con votantes jóvenes que no vivieron ni recuerdan aquellos horrores, que no forman parte de su mundo o de su cultura como forman parte de la nuestra las películas, las canciones, las novelas sobre la Segunda Guerra Mundial aunque no la viviéramos».

¿Hay entonces resignación ante un crecimiento exponencial de Vox, en detrimento del estancamiento e incluso leve retroceso popular? «No, resignación no, ahora empezamos a hablar más claro, aunque cuesta encontrar el punto exacto, el tono adecuado, y resultar creíbles al público al que nos dirigimos, porque todavía no lo somos. Espero que lo lleguemos a ser, pero de momento no somos creíbles en este terreno en que otros llevan mucho más tiempo y con discursos muy exagerados«.

Preguntado por la proyección del liderazgo del presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, destaca que «en los demás países de Europa, los resultados del centro derecha no son ni de largo tan brillantes como los que aquí le vaticinan las encuestas a Alberto, pero es cierto que si tiene que gobernar con Vox a más de 60 diputados y nosotros por debajo de los 140, la legislatura va a ser un infierno para él».