Quinto aniversario del 1-O: de celebrar la «victoria» a pedir la dimisión del Govern

La protagonista de los discursos, otra habitual: «la represión del Estado», pero las viejas consignas han agotado a los simpatizantes soberanistas que, al grito de «fuera», «ya basta» y «Govern dimisión», han interrumpido la intervención de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell (ERC). Unos abucheos que se han multiplicado cuando la también exdirigente de la ANC -la que exigió a Puigdemont: 'president, posi les urnes' (presidente, ponga las urnas)- ha instado a los partidos independentistas a retomar «una estrategia común para enfrentarse al Estado».

Los pitos también se han sucedido entre los asistentes al acto -unos 11.000, según la Guardia Urbana-, organizado por el Consell de la República, cuando ha sonado el nombre de Marta Rovira, secretaria general de ERC, entre los «exiliados», es decir, los huidos de la Justicia, tras la declaración unilateral de independencia (DUI).

Para amenizar la concentración, varias actuaciones, entre ellas, la de Miquel Abras, que en su tema 'El primer d'octubre' llama «bestias» a los agentes de la Policía Nacional que, por orden judicial, trataron de impedir la votación. «Cada vez que nos pegaban, entendíamos que nos pegaban porque teníamos posibilidades de éxito», ha arengado la actual presidenta de la ANC, Dolors Feliu. Pero la soflama ha arrancado solo unos cuantos aplausos. Así, las consignas de los asistentes lejos de celebrar la «victoria» tras la votación, tal y como repetían los parlamentos, se han centrado en exigir la dimisión del Govern, una y otra vez.

«Pensábamos que conseguiríamos la independencia, pero resultó que no y ahora masticamos una oportunidad perdida», ha señalado Feliu, para luego censurar que Junts y ERC «están asentados en el inmovilismo. Por eso clamaremos por que se celebren elecciones para tirar adelante nuestro proyecto».

Tampoco ha conseguido alentar a los asistentes la intervención de Xavier Antich, presidente de Òmnium, al presumir que el 1-O «supuso una victoria frente al Reino de España y a los Borbones». Cuando el líder de la entidad soberanista ha asumido que «la independencia no llegará mañana» y que es necesario «sentarse a hablar», los abucheos de miles de personas se han alzado por encima de su discurso. «No hay alternativa a ponernos de acuerdo, hace falta dejar atrás estos cinco años de reproches», ha clamado entre pitos y más gritos de «Govern dimisión».

La única intervención que no ha recibido abucheos ha sido la de Carles Puigdemont quien, a través de un vídeo, ha reclamado retomar el diálogo en una mesa entre Junts, ERC y la CUP. «Esa es la única mesa que queremos», ha subrayado, para censurar las negociaciones entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez. También ha censurado el planteamiento de los partidos de repetir un nuevo 1-O en 2023. «El referéndum ya lo hicimos y no hace falta volver a votar», ha clamado ante el aplauso de los concentrados y gritos de 'president'.

Entre los asistentes al acto, dirigentes de ERC, como su portavoz, Marta Vilalta, y las exconsejeras Dolors Bassa y Meritxell Serret. También de Junts, como su presidenta, Laura Borràs, el secretario general, Jordi Turull, y el exvicepresidente del Govern Jordi Puigneró. De la CUP han acudido Carles Riera y Eulàlia Reguant.

No ha acudido al acto el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aunque sí el consejeros republicano Josep González-Cambray, y de Junts, Jaume Giró, Josep Maria Argimon, Victòria Alsina, Gemma Geis y Violant Cervera, entre otros.