Querella de Roures contra dos policías por denuncia falsa tras el informe que lo vinculó con la injerencia rusa

Roures aparece en un informe de 196 páginas, de la operación Troya, que encargó el entonces titular de Instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, a la Comisaría General de Información, para que los agentes indagasen sobre la denominada trama rusa del 'procés'. Para incluir al fundador de Mediapro en dichas pesquisas, los investigadores hacen referencia a una conversación -vía audio- entre otras dos personas, Víctor Terradellas y Xavier Vendrell en la que se le nombra.

La transcripción reza:

-«Tú [Vendrell] y David [Madí] estabais intentando hacer muchas cosas [...] pero muy grandes en temas de comunicación con Roures».

-«Esta gente está muy interesada en poder participar [...] y poner ahí una persona también pues [...] cuando te hablo de primer nivel, te estoy hablando que hay que poner 100, 200 o 300 millones de dólares o de euros, están dispuestos, no es un problema».

Así, reza la querella, la inclusión de Roures en el informe obedece «a una sola referencia a su apellido en una conversación entre terceros, que no contiene ningún elemento objetivo relacionado con los hechos investigados, y no es constitutivo de ningún delito». Al respecto, el productor televisivo ha apuntado esta mañana: «Lo primero que hace el informe es adjudicarme un padre y una madre que no tengo. Mi padre no se llama Aurelio y mi madre no se llama Basilia, sino Carme, y nunca he vivido en Sant Cugat del Vallés».

Además, en una rueda de prensa para anunciar la interposición de la queja, junto a Anaïs Franquesa, abogada de la entidad Irídia, Roures ha detallado que a Terradellas -investigado en la causa- no lo vio nunca y que a Vendrell hace más de una década que tampoco se lo había encontrado. «Como formo parte de esta conversación, ya estoy promoviendo, no la independencia, sino actos de traición a la patria», ha reprochado.

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Unas acusaciones que son «altamente perjudiciales», más allá de su vida personal, para la profesional, «cuando quieres trabajar con gente que lo único que sabe es que, cuando busca en Google, le sale esta información», ha explicado el productor. Fue así como decidió ponerse en contacto con Irídia y formalizar la querella contra los dos inspectores de la CGI.

Cabe recordar que la Audiencia de Barcelona ordenó, el pasado diciembre, archivar la pieza separada sobre la injerencia rusa. Una pieza que el instructor, Joaquín Aguirre, ahora ya jubilado, abrió una vez el mismo tribunal le ordenó abandonar las pesquisas y bien, enviar el caso a juicio o archivarlo. No lo hizo, y por ese motivo, los magistrados de la Sección 21 censuraron que emplease un «subterfugio procesal» para seguir investigando tras haber anulado la prórroga de la instrucción el mismo tribunal.

«No sé cual será el futuro de la querella, pero no podemos permitir que esta gente tenga sensación de impunidad», ha indicado Roures, ante un informe que aseguró que él «formaría parte de un equipo conjunto de comunicaciones entre la parte rusa y la catalana», cuando «no hay ni un solo indicio o evidencia fáctica» de ello, más allá «del único hecho real»: que se dedica a la producción audiovisual.

Aunque la Audiencia ordenó el archivo de la investigación sobre la supuesta injerencia rusa, esta, expone la querella, ha supuesto una afectación directa al honor de Roures, ya que los hechos que se le imputaban son «especialmente graves», no solo a nivel penal, sino también social. Por todo ello, la queja, pendiente de admisión, reclama que se cite a declarar a los dos inspectores.